El pasado jueves un avión A319 de easyJet que se disponía a volar del aeropuerto de Liverpool al de Ginebra sufrió un inusual contratiempo: el peso máximo al despegue era 300 kilos superior al establecido, según la comprobaciones que realizó el comandante de la aeronave. En consecuencia, comentó al pasaje que deberían salir cuatro voluntarios del avión.
Según informan el Daily Mail y Air-Journal, el esceso de peso se debió a que se produjo una excepcional concentración de hombres en el avión, que al pesar más que las mujeres generaba el sobrepeso. El comandante informó que la compañía indemnizaría con 100 libras (120 euros) a los voluntarios y que los reubicaría en un nuevo vuelo.
Esta solución no resultó satisfactoria para algunas pasajeros situados en la parte delantera del avión, que propusieron que los mismos ocupantes del avión pusiesen además dinero adicional de su bolsillo, para hacer atractivo el renunciar al vuelo. Por este método se recaudó dinero hasta duplicar las 100 libras iniciales, con lo cual sí salieron los cuatro voluntarios, que recibieron cada uno 200 libras (240 euros).
Tras desembarcar con su equipaje, se trasladaron al aeropuerto de Birmingham, donde cogieron un vuelo para Ginebra. easyJet emitió un comunicado en el que afirmó que no era necesaria la colecta de los pasajeros y que si se tuvo que aligerar de peso el avión fue para respectar la normativa sobre seguridad aérea.