Los berlineses votarán por partida doble este domingo. No solo para elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo, sino también para adoptar una decisión relacionada con el entrañable e histórico aeropuerto de Tempelhof. Será la segunda vez que el futuro del campo de vuelo se decide en las urnas.
En efecto, en abril de 2008 se produjo un primer referendum que no sirvió para evitar el cierre del aeropuerto. Aunque ganaron los partidarios de mantenerlo abierto, no consiguieron superar el porcentaje mínimo del 25% de votos favorables que habían establecido las autoridades, pues se quedaron en el 21,7% con una participación del 36% del electado (2,44 millones de electores). El 30 de octubre de 2018 se cerró definitiviamente al tráfico aéreo.
A principios de año los impulsores de un segundo referendum consiguieron más de 185.000 firmas, con lo cual futuro de Tempelhof vuelve a pasar el domingo por las urnas. La cuestión que se decide en las urnas es si se urbaniza tres zonas del inmenso perímetro del aeropuerto o no, dejando un muy generoso espacio como parque público de 230 hectáreas. El proyecto de urbanización sería un aliciente para la capital alemana, que tiene un notable déficit de vivienda. Los impulsores del referendum quieren que el campo de vuelo no se toque en absoluto.
Desde hace ya varios años el acceso al campo de vuelo es libre y en su interior se realizan periodicamente actividades lúdicas. La pista se suele usar para patinaje en línea o bien impulsado por una vela.
Recomendamos sobre este asunto la lectura del artículo de Paco Arteaga y la información reciente publicada por le diario El Pais.