Los investigadores que trabajan en la zona de los Alpes franceses donde se estrelló un Airbus A320 lograron extraer grabaciones de sonido de la caja recuperada. Así lo aseguró ayer Remy Jouty, director del organismo francés que se ocupa de la seguridad en la aviación, la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA).
«Hemos podido extraer un archivo con datos de sonido utilizables», dijo Remi Jouty en una rueda de prensa, aunque añadió que era demasiado pronto para ofrecer conclusiones sobre las causas del accidente.
«Se llevará a cabo un trabajo detallado sobre el archivo para entender e interpretar las voces y sonidos que se pueden escuchar», dijo, añadiendo que esperan tener más análisis de las voces en «cuestión de días». Esta primera caja negra fue encontrada el martes y se trasladó ayer a París. Según las imágenes difundidas, el aparato está bastante dañado.
En el lugar del accidente se halló la carcasa de una segunda caja negra, que registra los parámetros de vuelo. La búsqueda proseguirá para tratar de localizar el chip de memoria que almacena los datos.
En la caja negra que han recuperado los equipos de socorro en la montaña debería haber quedado grabadas las conversaciones en cabina. En la segunda habrían quedado registrados parámetros técnicos como la velocidad o la altitud.
A pesar de que la caja negra de que se dispone ha quedado dañada tras el violento accidente, los técnicos del BEA cuentan con poder utilizar los datos y arrojar luz sobre el motivo llevó al Airbus A320 de Germanwings a chocar contra la pared de una montaña en una zona escarpada a casi 3.000 metros de altura.
Las autoridades reiteran que no se descarta ninguna hipótesis para aclarar el accidente, por eso ahora todas las miradas se vuelven hacia la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) de Francia, referencia en la indagación de siniestros aeronáuticos. Eso sí, por el tipo de fragmentos encontrados, parece descartarse una explosión en pleno vuelo.
