Las ministras de Defensa y de Ciencia e Innovación, Carme Chacón y Cristina Garmendia, respectivamente, ha presidido hoy en la sede del Centro de Astrobiología, en Torrejón de Ardoz (Madrid), la firma del acuerdo de cooperación entre el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y la National Aeronautics and Space Administration (NASA) para el desarrollo de una misión a Marte que, por primera vez, utilizará tecnología espacial española.
El acuerdo, suscrito por el director general del INTA, Jaime Denis, el director general del CDTI, Arturo Azcorra, y el embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, permitirá integrar tecnología española a la misión Mars Science Laboratory (MSL), cuyo lanzamiento está previsto para el último trimestre del presente año desde Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos). En el proyecto participan, junto a Estados Unidos, España, Rusia, Canadá, Francia y Alemania.
La misión tiene como objetivo la colocación de un rover (vehículo explorador) de larga duración y un equipo científico móvil sobre la superficie de Marte para la realización de estudios científicos que determinen su capacidad pasada y presente de albergar vida. Con el fin de analizar el potencial biológico de un área objetivo del planeta rojo, aún por determinar, el vehículo explorador tomará muestras de suelo y polvo -para caracterizar su geología y geoquímica- a lo largo del año marciano de duración de la misión, equivalente a unos dos años terrestres.
La aportación española al proyecto se centra en una antena de comunicaciones de alta ganancia y una estación de sensores REMS (Rover Environmental Monitoring Station) para la medición del entorno marciano que portará el rover en su equipo científico.
La antena, suministrada por la empresa Casa Espacio, mejorará la arquitectura de comunicaciones del rover, permitiendo su comunicación directa con la Tierra. Por su parte, la estación REMS -suministrada por la empresa Crisa- incluye una serie de sensores que estudiarán el ambiente de Marte, midiendo el viento, la presión, la humedad y la temperatura de la atmósfera, así como los niveles de radiación ultravioleta y la temperatura del suelo marciano.
Avance del sector espacial español
La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha destacado que ésta será la primera ocasión en la que la tecnología española aterrizará en otro planeta, lo que confirma el extraordinario avance de las capacidades tecnológicas del sector espacial español.
En este sentido, Chacón apuntó que se trata de «un éxito formidable de nuestra ciencia y de nuestra industria”, y subrayó que “si hace una décadas alguien hubiera planteado que España llevaría a Marte lo mejor de su talento y de su capacidad industrial, creeríamos que más que de ciencia nos estaban hablando de ciencia-ficción».
Además, Carme Chacón señaló que la estación de medición ambiental es sólo el principio, ya que la tecnología española volverá a Marte en 2013 aportando un espectrómetro de alta precisión para analizar la composición del terreno.
La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha destacado que la participación española en esta misión de la NASA pone de manifiesto una vez más que «España es hoy un país de ciencia», capaz de diseñar alta tecnología e incorporarla en una misión espacial a Marte. En esta línea, Garmendia ha indicado que el proyecto supone un ejemplo de los resultados que España está obteniendo de la fuerte inversión pública en I+D realizada en los últimos años, como prueba que desde 2004 se ha duplicado la inversión pública en I+D+i-.
Asimismo, Garmendia ha subrayado que, una vez utilizada con éxito en Marte, la tecnología española desarrollada para esta misión abrirá nuevas líneas de negocio para la industria española en la fabricación de satélites de telecomunicaciones y en el diseño de sistemas de vigilancia medioambiental, lo que redundará en la prestación de nuevos servicios para a los ciudadanos.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, ha afirmado que “la misión del Laboratorio Científico de Marte, aunque importante, es sólo el último paso en el viaje colectivo de Estados Unidos y España en la exploración de los cielos”.
Solomont recordó que “la cooperación entre la NASA y España se ha mantenido hasta el presente y España participa en la Red del Espacio Profundo de Madrid a través del Complejo de Comunicación del Espacio Profundo, que permite la comunicación con más de 40 sondas y vehículos espaciales dedicados a la exploración del sistema solar y se ejecuta en cooperación entre la NASA y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial”.
Inversión de 23,5 millones de euros
La participación española en el proyecto ha supuesto una inversión de 23,5 millones de euros, de los que el CDTI ha aportado 14,8 millones, el Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) 6,8 millones y el Plan Nacional de I+D+i 1,9 millones.
El CDTI ha financiado las actividades de las empresas españolas participantes en el proyecto, que se iniciaron en el año 2006, mientras que el INTA ha aportado los recursos humanos necesarios para la realización de los correspondientes trabajos científicos a través del Centro de Astrobiología, dependiente del propio INTA y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Beneficios de la inversión en tecnología espacial
Diversos estudios específicos sobre el sector espacial realizados por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, en sus siglas en inglés) ponen de manifiesto que el sector espacial proporciona un elevado retorno de la inversión institucional en términos de mejora de las capacidades tecnológicas y de incremento de la actividad económica inducida. Por este motivo, un sector espacial fuerte representa un elemento clave en el fomento de la I+D y, como consecuencia, en la mejora de la productividad y la creación de empleo de cualquier país.
Actualmente, son muchos los beneficios que se obtienen de la inversión en tecnología espacial, que se manifiestan en varios ámbitos: desde la utilización de satélites para aplicaciones de uso tan cotidiano como las comunicaciones, la información meteorológica y la predicción de catástrofes naturales hasta los sistemas de navegación tales como el GPS o el futuro sistema europeo Galileo.
En el caso de la contribución española a la misión Mars Science Laboratory de la NASA, los desarrollos tecnológicos necesarios para la antena de alta ganancia abrirán nuevas líneas de negocio para la industria española en el campo de la fabricación de satélites de telecomunicaciones, cuyas aplicaciones van desde la distribución de la señal de televisión, a la telemedicina, la seguridad, emergencias por desastres naturales, etc. Se trata de un sector que mueve más de 3.000 millones de euros al año.
Por su parte, la tecnología desarrollada para los sensores REMS tendrá una aplicación directa en sistemas de vigilancia medioambiental y en sistemas de medida para procesos industriales, especialmente en presencia de ambientes extremos.
En ambos casos se trata de inversiones que propician la creación de un tejido productivo español más competitivo, altamente cualificado e internacionalizado, en línea con la Estrategia Estatal de Innovación (e2i) impulsada por el Gobierno a través del Ministerio de Ciencia e innovación.
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