Europa reconoce que determinados modelos de negocio en aviación pueden afectar a la seguridad

La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha publicado una Guía Práctica para mitigar las amenazas para la seguridad que traen consigo los empleos atípicos y los nuevos modelos de negocio en la aviación comercial.

Los pilotos europeos celebran la nueva “Guía Práctica” publicada por la Agencia Europea de Seguridad Aérea el pasado 7 de agosto. Una guía que ayuda a los pilotos europeos a equipar mejor a la aviación europea a la hora de gestionar las amenazas a la seguridad y los riesgos asociados que se derivan de los nuevos modelos de negocio. La guía de EASA reconoce que la externalización de tareas esenciales de la seguridad, la subcontratación, el wet lease, los empleos atípicos entre las tripulaciones y cualquier otra herramienta que sirva para aumentar los beneficios y la productividad pueden tener un impacto negativo en la seguridad aérea.

Los nuevos modelos a que se refiere EASA son el uso extensivo de acuerdos de leasing, los empleos atípicos, las constantes rotaciones de las tripulaciones, la externalización de tareas esenciales de seguridad o las operaciones bajo diferentes certificados de operador (AOC), entre otros.

EASA señala que dichas prácticas pueden llevar a una potencial reducción de los reportes emitidos por la tripulación –incluyendo reportes de fatiga- a una erosión de la cultura justa en el seno de las compañías aéreas, a deficiencias en el entrenamiento de los pilotos (debido a la alta rotación de personal) o a que los pilotos vuelen mientras están enfermos. Otro aspecto que caracteriza a estos nuevos modelos de aviación es su priorización del recorte de gastos, lo que según EASA puede poner bajo presión a los factores humanos, la gestión de recursos de cabina o la gestión de la seguridad.

«EASA ha aportado medidas razonables para mitigar los riesgos relacionados con los nuevos modelos de negocio», afirma Dirk Polloczek, presidente de la Asociación Europea de Pilotos (European Cockpit Association). «Sin embargo, aún no hemos terminado nuestro trabajo. Es bueno disminuir las amenazas y sus riesgos asociados. Pero es aún mejor eliminarlas siempre que sea posible».

«Esta guía es sólo un primer paso. Quedan muchos más pasos por dar por parte de las instituciones europeas», remata Johan Glanz, Director de la Junta Directiva de ECA, y miembro del grupo de trabajo de EASA que ha emitido las recomendaciones.

Así, a pesar de que la guía aporta recomendaciones prácticas sobre cómo mitigar los riesgos de seguridad, no aborda los factores que contribuyen a su existencia como pueden ser determinadas prácticas nocivas de negocio y empleo. Esto continúa siendo una materia pendiente tanto para la Agencia, para la Comisión Europea y para los Estados Miembro.

En el marco del actual proceso de revisión de la normativa básica de EASA que regulará el sector de la aviación en Europa, el Parlamento Europeo ha instado a la Agencia a investigar la relación entre los factores socioeconómicos y la seguridad. Esta guía es una prueba de que EASA tiene un importante papel que jugar y necesitará implementarlo en el futuro para llevar a buen término el mandato que le ha encomendado la Unión Europea.

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