El Aeropuerto de Sevilla ha sido testigo estos días de la operativa del mítico Antonov 124, un avión ruso-ucraniano considerado el segundo carguero más grande del mundo. Esta aeronave, que aterrizó el lunes por la mañana en el aeropuerto, despegó ayer de sus instalaciones, con destino final a Japón -previamente, hacía escala en Rusia.
Con una envergadura (distancia entre ala y ala) de 73,3 metros, una longitud de 68,96 metros y capacidad para transportar hasta 150 toneladas de mercancías, el aeropuerto ha tenido que acotar una parte de la plataforma para que pudiera estacionar y cargar, con el apoyo de una grúa, varios centros de control para centrales eléctricas niponas.
El Antonov 124 ha “visitado” el Aeropuerto de Sevilla en varias ocasiones, coincidiendo con eventos como el montaje de algunos de los pabellones que se instalaron en el recinto de la Exposición Universal de 1992.