El Aeropuerto de Barcelona podría acoger 90 millones de pasajeros en 2030

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El aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona – El Prat podría llegar a ofrecer capacidad para acoger 90 millones de pasajeros en 2030 con una estrategia de crecimiento sostenible del tráfico aéreo y un enfoque equilibrado para la gestión de su impacto acústico.

Esta es una de las principales conclusiones del estudio elaborado por la Cámara de Barcelona, ​​que pretende servir de reflexión estratégica, coincidiendo con el proceso de redacción del nuevo Plan Director del aeropuerto.

La situación actual es que el ritmo real de crecimiento del tráfico en el aeropuerto de Barcelona está superando las previsiones más optimistas y el escenario tendencial apunta que se podría agotar mucho antes del año 2030 la capacidad de 70 millones anuales de pasajeros, declarada como horizonte del nuevo plan director. Por ello una primera recomendación es acelerar el calendario de las inversiones previstas.

La Cámara ha analizado diferentes escenarios de tráfico aéreo, de configuración de pistas, de relación con el territorio y de impactos sobre el entorno para tratar de hacer compatible el crecimiento estimado los próximos años con la preservación del equilibrio territorial, en un contexto europeo de elevada congestión del espacio aéreo y con un aeropuerto de Barcelona caracterizado por un comportamiento de la demanda marcadamente estacional, tanto a lo largo del día como a lo largo del año, y un progresivo aumento de las aeronaves de gran envergadura a su mix de tráfico.

En este sentido, la Cámara anticipa que dos de los elementos claves de reflexión que debería afrontar el nuevo plan director son:

1.- La determinación de los tráficos estratégicos para la economía de Barcelona y de Cataluña, dado que el mix de aeronaves condiciona la capacidad en términos de operaciones horarias de las diferentes configuraciones de pistas posibles.

2.- La capacidad de gestión de los efectos generados por el impacto acústico de la actividad aeroportuaria, para que la población expuesta varía notablemente en función de la operativa de pistas considerada, aunque su orden de magnitud en Barcelona – El Prat es inferior al de otros aeropuertos europeos de referencia.

Terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona

Retos de futuro y recomendaciones

Dentro del horizonte temporal del nuevo Plan Director del aeropuerto de Barcelona, ​​la capacidad de sus terminales y de sus accesos terrestres se considera suficiente, contando con la futura terminal satélite y la llegada de la red de Cercanías a la T1.

En cambio, con respecto a la operativa de pistas, la revisión del Plan Director debería incluir las previsiones necesarias para adaptarse al crecimiento esperable del tráfico aéreo e irse aproximando al umbral autorizado de las 90 operaciones por hora.

Como visión a más largo plazo se hace patente que el planteamiento global de la infraestructura debe ir ligado a una estrategia territorial y económica de futuro. Más concretamente, el aeropuerto de Barcelona debe afrontar dos retos de futuro:

1.- En términos de tráfico aéreo, una estrategia propia de crecimiento sostenible.

2.- En términos de relación con su entorno territorial, una estrategia de enfoque
  equilibrado respecto de la gestión del impacto acústico y de los usos del suelo.

Aviones junto a la T1 del Aeropuerto de Barcelona-El Prat 

En conclusión, se han identificado cinco recomendaciones para hacer compatible un horizonte 2030 con 90 millones de pasajeros anuales y la preservación del equilibrio territorial:

1.- Fomento de la desestacionalización, tanto diaria (hora punta / hora valle) como anual (invierno / verano). Este es un objetivo complejo, que requiere el impulso del territorio (administraciones públicas y agentes económicos y sociales) y la implicación de Aena, AECFA (coordinación de slots) y las líneas aéreas.

2.- Mejora continua de los procedimientos operativos, a fin de ir optimizando la operativa de las pistas con los nuevos procedimientos que reducen la distancia segura entre aviones consecutivos.

3.- Valoración de la contribución económica y social que representa el crecimiento adicional esperable, con el objetivo de establecer unas bases compartidas para un reparto equilibrado de los beneficios económicos generados por la actividad aeroportuaria entre los municipios de su entorno. Esta recomendación debería traducirse en la elaboración de un estudio de impacto económico del aeropuerto de Barcelona por parte de Aena.

4.- Adaptación de la operativa de pistas (segregadas, independientes, mixtas …) a la evolución del tráfico, para dar respuesta al crecimiento esperable. Esto implica la necesidad de establecer una nueva mesa de concertación territorial donde se pueda abordar conjuntamente la mayor necesidad de uso de pista larga para un crecimiento sostenible de las operaciones con las aeronaves más grandes (con estrategias como la normalización de uso de la pista 07L 25R para despegues o el alargamiento de la pista 07R 25L, que permitiría alcanzar las 90 operaciones por hora con un impacto acústico más reducido) con la gestión de los efectos generados a nivel local por el impacto acústico con transparencia y sensibilidad .

5.- Gestión de los usos del suelo en el entorno del aeropuerto de Barcelona, ​​con el fin de establecer restricciones al crecimiento urbanístico en la zona de influencia directa de las operaciones aéreas.

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