La Barcelona Flight School (BFS), escuela de formación de pilotos de aviación del Aeroclub de Barcelona-Sabadell, creado en 1953 y el mayor aeroclub de Europa, ha sabido lidiar con las consecuencias derivadas de la crisis sanitaria que ha impactado en todo el mundo.
No ha sido fácil dar respuesta a la cuestión: ¿Cómo aprender a volar en tiempos de pandemia?, pero la BFS con su alta capacidad de resiliencia ha sabido adaptarse a las restricciones impuestas por la Administración y ha demostrado ser proactiva a la hora de satisfacer las necesidades formativas de todo su alumnado, donde más del 50% proceden de zonas como el Oriente Medio o el Sudeste asiático.
Una formación tan específica como la de piloto de aviación exigía acciones muy planificadas que no fueran en detrimento de la calidad que ha caracterizado la oferta de la BFS. Todo el staff técnico y su cuerpo de instructores se volcaron en hacer posible lo que la pandemia dibujaba como un escenario de difícil solución.
La BFS realiza más de 17.000 horas de vuelo a lo largo del año y durante la crisis, se volaron más de 14.000 horas, lo que confirma la capacidad de adaptación al contexto que demostró la escuela de pilotos.
A lo largo de este período, más de 40 alumnos obtuvieron su licencia de piloto de aviación comercial. Compañías como Ryanair, entre otras, suponen la incorporación al mundo laboral de nuestros estudiantes.
El futuro de la BFS se perfila favorable. El Aeropuerto de Sabadell ha recuperado la actividad y se sitúa como el sexto del estado en número de operaciones aéreas, un escenario de crecimiento continuado similar a los ritmos pre-Covid y la escuela de pilotos del Aeroclub se ha ido preparando durante estos meses para afrontar esos niveles que comportarán un aumento de la demanda de cursos para la obtención de la Licencia de Aviación Comercial.
Se aventuran nuevos y apasionantes retos: el acuerdo para crear un “hub” aeronáutico en Sabadell, suscrito por Aena, el Ayuntamiento de Sabadell, la Universitat Politècnica de Catalunya y el Consorcio de la Zona Franca permitirá desarrollar y ampliar la oferta académica de la Barcelona Flight School y dar respuesta a las necesidades de un sector en constante crecimiento.