La tripulación formada por Toni Farré y Pablo Manuel Kennoy se adjudicaron ayer la 58 Volta Aèria de Catalunya, que comenzó el viernes y que ha constado de tres etapas. Farré y Manuel, de los aeroclubs de Lleida y Bilbao respectivamente, ganaron la primera y segunda etapas y terminaron cuatros en la tercera, totalizando solo 589 puntos de penalización.
En la edición de este año han participado 14 aviones y 28 pilotos, de los que 16 pertenecen a los aeroclubs de Lleida, Girona, Bilbao, Palma de Mallorca, Navarra, Alicante, Baleares, Castellón y 12 al de Barcelona – Sabadell.
Este dato es importante, pues en las últimas ediciones era minoritaria la participación de pilotos ajenos a la entidad supralocal. A diferencia de los últimos años, la meteorología no ha afectado el desarrollo de los vuelos, que se han realizado según las previsiones del Aero Club Barcelona – Sabadell, entidad organizadora de esta competición de vuelo a motor, que es la más veterana de España. Además, el Aeroclub movilizó otros cuatro aviones para los miembros de la organización.
La primera etapa se disputó el viernes por la tarde entre el aeropuerto de Sabadell y el aeródromo municipal de Benabarre (Huesca), lugar al que se desplazó una unidad de bomberos y una ambulancia.
El sábado se celebró la segunda etapa, entre Benabarre y el aeródromo El Pinar de Castellón. Por la tarde, se disputó la competición de aterrizajes de precisión. Cada tripulación debió realizar tres aterrizajes, en una zona de la pista previamente señalizada, en la que los pilotos debían posar el avión. De nuevo, Farré y Manuel ganaron esta prueba. Por último, ayer se disputó la tercera etapa, entre Castellón y el aeropuerto de Sabadell. Cada vuelo tuvo una duración aproximada de dos horas y 30 minutos.
Por primera vez la Volta ha visitado el aeródromo de Benabarre, cuya pista se reasfaltó el año pasado. De esta forma, el Aeroclub ha querido reconocer los esfuerzos por poner en valor esta modesta instalación situada a pocos minutos de vuelo del Pirineo aragonés y catalán.
Asimismo, con el paso de la Volta por el aeródromo de Castellón el Aeroclub reafirma su apoyo en favor de la existencia de esta instalación, cuyo futuro se ha complicado los últimos meses. Curiosamente, tanto Benabarre como Castellón son dos aeródromos que carecen de un servicio estable de control aéreo.
Regulación asfixiante
Carles Martí, presidente del Aeroclub, animó a los participantes al final de la entrega de trofeos a volar a estos aeródromos y agradeció a los directivos de las entidades que promocionan la aviación deportiva «el tiempo que dedican para que otros puedan volar. Ese espíritu debe impregnar a todas las instituciones que se relacionan con la aviación deportiva».
Martí pidió «que se tomen medidas claras de apoyo a la aviación general», entre las que reclamó el cese de las medidas reguladores que periódicamente se añaden a las ya existentes y que asfixian el desarrollo de la aviación privada.
«Aena no puede seguir machacando a la aviación general. Debe imponerse una actitud de generosidad y desregulación para que el sector pueda avanzar», dijo Carles Martí, que también ostenta la presidencia de la sección española Asociación de Pilotos Propietarios de Aviones (AOPA-Spain). El presidente de la entidad supralocal agradeció la colaboración prestada por el Ayuntamiento de Benabarre y el Aero Club de Castellón para la realización de esta brillante edición de la Volta.
El vuelo visual convertido en deporte
La Volta Aèria es una especialidad de la aviación deportiva, en la que se puntúan una serie de parámetros que ponen en valor la precisión del vuelo visual, que es el que practican la gran mayoría del socios del Aeroclub. Para ello, la organización establece una ruta que han de seguir los pilotos, incluyendo en el trayecto giros en determinadas zonas del recorrido, que se han de procurar efectuar en el tiempo asignado por la organización según el tipo de avión. Esta información se facilita una hora antes del inicio de las etapas.
Para puntuar los vuelos, las tripulaciones llevan en el avión un aparato que graba parámetros del vuelo y que, una vez ha finalizada la etapa, cotejan los jueces de la prueba en relación a la ruta establecida, para lo cual se utiliza un programa informático. La tripulación que realiza el vuelo más preciso recibe pocos puntos de penalización y viceversa. Además, los pilotos deben identificar, de entre un grupo de fotografías, determinadas construcciones que sobrevuelan, descartando las imágenes falsas.
De esta forma, la Volta Aèria se convierte en una prueba de regularidad y buen pilotaje, en la que el vuelo visual adquiere su máxima expresión, pues la ruta de cada etapa se planifica antes de cada vuelo sobre mapas de carreteras, que se consulta durante el vuelo. Porque el recorrido se facilita en un folio denominado «rutómetro», que es una sucesión de poblaciones y grandes construcciones, como pantanos, puentes o edificios históricos.
Con la celebración de la Volta Aèria de Catalunya finaliza la 17 edición del Campeonato de Catalunya de Vuelo a Motor 2011 – 2012, que también han ganado Toni Farré y Pablo Manuel y que, además de la Volta, consta de cuatro pruebas que se realizan entre los meses de otoño y primavera.
Podium de la 58 volta Aèria de Catalunya
1º.- Toni Farré – Pablo Manel (Aeroclubs de Lleida y Bilbao) 589 puntos
2º.- José I. Juez y Vicente Nebot (Aeroclubs Bilbao y Castellón) 634 «
3º.- Carlos Eugui y Jesús Mas (Aeroclubs Navarra y Alicante) 827 «
La tripulación formada por Josep Mairal y Marie Cecile Poulard fue sexta de la general y la primera tripulación del Aero Club Barcelona – Sabadell con 2.727 puntos.