La seguridad aérea sufrió ayer un nuevo golpe con la difusión de la grabación de las conversaciones entre los controladores del Aeropuerto de Medellín y los pilotos del avión de Lamia accidentado.
La publicación de un material tan sensible no sólo atenta contra los principios que rigen las investigaciones aeronáuticas, sino que supone una absoluta falta de respeto a las víctimas del accidente de Lamia, a sus familiares, y en especial a la intimidad de los dos pilotos que manejaban los mandos del avión, y que son víctimas mortales al igual que el resto de pasajeros y tripulación.
El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) y la comunidad aeronáutica en general lamentan que se haya convertido en costumbre la difusión de un contenido que se debe usar exclusivamente para los análisis de accidentes, incidentes y sucesos aéreos.
Desgraciadamente, la industria aeronáutica parece estar sometida a las leyes del universo mediático en lugar de velar por su propio interés, que no es otro que la mejora continua de la seguridad aérea.
Los pilotos y los controladores aéreos dan su permiso para que se les grabe en su puesto de trabajo con una finalidad: que sirvan para esclarecer la investigación técnica de accidentes y contribuyan en última instancia a mejorar la seguridad aérea. La difusión de esas grabaciones, cuya procedencia se desconoce, sólo contribuye a pervertir dicha finalidad, ya que además acarrea una progresiva desconfianza de los trabajadores de aviación hacia el sistema que en teoría debe protegerles de, entre otros, juicios mediáticos paralelos.
Hay que recordar que la información de la investigación de un accidente aéreo se publica una vez ésta ha concluido, momento a partir del cual cualquier persona puede acceder al contenido de los informes técnicos. Sin embargo, para garantizar la independencia y la exhaustividad de la investigación es imprescindible que la información que se va recabando durante su transcurso se salvaguarde de injerencias externas.
Por otro lado, SEPLA se considera en la obligación de no dar credibilidad a ninguna publicación que no proceda de las fuentes oficiales que tienen el deber de custodiar la información recabada en cualquier operación aeronáutica. Resulta sintomático que los organismos oficiales vayan siempre a rebufo de los medios de comunicación, y que el Gobierno colombiano se haya limitado a confirmar la hipótesis del accidente por falta de combustible una vez que las grabaciones se habían hecho públicas.
SEPLA llama a toda la comunidad aeronáutica a hacer examen de conciencia. El respeto a las víctimas no consiste sólo en expresar condolencias una vez ocurren las tragedias. Consiste también en realizar el trabajo de forma profesional, respetar los protocolos de seguridad y los principios de las investigaciones aéreas, entre ellos la custodia de la información sobre las operaciones.