En 2017 se produjeron en España 51 incidentes y accidentes de aviación que se saldaron con la muerte de 17 personas, mientras que nueve resultaron con heridas graves. Además, de un grupo de 54 personas la mayoría resultaron ilesas y algunas con heridas leves.
Estos son algunos de los datos que se extraen tras examinar los siniestros e incidentes que recoge en su web la Comisión de Investigación de Accidentes i Incidentes de la Aviación Comercial (CIAIAC) y, además, de los percances reseñados en el ámbito de la aviación ultraligera.
Por lo que se refiere a la aviación comercial y general, la siniestralidad ha sido baja, sobre todo si se compara con la de 2016, cuando fallecieron 27 personas. Se produjeron seis muertes, tres de ella en un mismo avión, un monomotor con matrícula de Alemania.
Reseñar que en este apartado se incluye el accidente de un helicóptero, que se saldó con un muerto. Aconteció de noche en Huelva, desconociéndose la matrícula del aparato, un Robinson R44. Se tomaron muestran de ADN del cadáver para tratar de identificar al piloto. Este caso es el único de 2017 de un helicóptero con resultado de muerte.
Pero no podemos excluir de esta noticia el accidente que sufrió en Italia el helicóptero Leonardo (AgustaWestland) AW139, con matrícula española EC-KJT en Italia el 25 de enero de 2017 en el que murieron seis personas. El aparato estaba siendo operado por Babcock Mission Critical Services (MCS) España.
También, creemos importante mencionar que en seis incidentes se vieron implicados aviones de pasajeros que realizaban vuelos comerciales. Alguno de estos casos se debieron a avisos del sistema anticolisión TCAS al estar cerca de aviones de aviación general. En un caso, un Boeing 737 atravesó una zona de turbulencia y un tripulante de cabina resultó herido grave y otro leve.
Otro dato reseñable es que una parte de los incidentes se debieron a percances ocurridos durante vuelos de instrucción, que afortunadamente se saldaron sin heridos o lo fueron de muy escasa consideración. Una situación similar vivieron la mayoría de pilotos de trabajos aéreos y de helicópteros dedicados a labores de extinción de incendios. En general, una parte importante de los siniestros o no tuvieron consecuencias físicas para sus protagonistas o solo produjeron lesiones leves.
En este apartado, conviene hacer una precisión acerca de la cifra de 54 personas heridas leves o ilesas, que mencionamos al principio de la información, pues se trata de un número importante que conviene matizar. 16 de estas personas eran ocupantes de un globo aerostático (15 pasajeros y un piloto) que impactó contra un cable de electricidad en la maniobra de aterrizaje, y que resultaron ilesas. En este suceso un pasajero resultó herido grave.
Por lo que se refiere a los accidentes de aeronaves ultraligeras, los 11 fallecidos perdieron la vida en siete accidentes. Una vez más, la mayor parte de los accidentes se produjeron en las maniobras de despegue y aterrizaje, detectándose pérdida de potencia del motor. En algunos siniestros influyeron las condiciones meteorológicas, como la existencia de niebla en un accidente ocurrido el 31 de agosto en Cataluña y que costó la vida a dos personas.
Merece resaltar que el accidente que sufrió un Tecnam P2002 Sierra el 8 de febrero de 2917, en el que murieron dos personas, cuenta ya con su informe final, publicado en inglés y español. En el mismo se realizan seis «recomendaciones de seguridad operacional, dirigidas» a AESA, la empresa propietaria del aparato y el fabricante. Además, en el informe de recuerdan otros nueve recomendaciones de seguridad emitidas por CIAIAC en el informe «ULM A-016/2016», que afectan a aspectos de los paracaídas balísticos.