La multa es la primera de este tipo que se impone en EEUU, después de un cambio de la normativa, que sanciona los retrasos superiores a las tres horas. La compañía alegó que la tardanza en desalojar los aviones se debió a una congestión causada por los servicios aeroportuarios. A raíz de esta nueva normativa, los retrasos han descendido considerablemente, aunque en contrapartida se ha detectado un aumento de la suspensión de vuelos.
Entre mayo y abril se han producido 20 retrasos superiores a las tres horas, cuando en el mismo periodo de 2010 se produjeron 693 retrasos de más de tres horas y 105 de más de cuatro horas. Esta reglamentación se amplió el pasado 23 de agosto a los vuelos internacionales y comporta multas a las compañías si superan las cuatro horas de inmovilización de los pasajeros dentro del avión, una vez que éste llega a la plataforma.