El avión experimental SolarStratos escribió ayer una pequeña gesta en la historia de la aviación: la de ser el primer avión que ha propiciado el primer salto de paracaidista con cero emisiones contaminantes. El evento se desarrolló ayer desde primeras horas de la mañana en el aeródromo de Payerne, en Suiza, sede los impulsores del avión solar biplaza.
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El avión despegó a las 7:40 horas con dos personas a bordo: el piloto de pruebas Miguel Itgurmendi en la parte delantera y el paracaidista Raphaël Domjan. El avión se sirvió de la energía solar almacenada en sus baterías, captada en el vuelo anterior. Poco después, Domjan saltó del avión cuando alcanzó una altitud de alrededor de 1.538 metros y una velocidad de crucero de casi 100 km/h.
Domjan abrió su paracaídas pocos segundos después de saltar y planeó hasta llegar al campo de vuelo de Payerne. Fue recibido por el aventurero y amigo Bertrand Piccard, que dio la vuelta al mundo en el avión solar Solar Impulse en 2016.
Se establecieron dos récords mundiales: el primer salto en la historia de un avión eléctrico cargado exclusivamente con energía solar y la primera caída libre solar.
El SolarStratos tiene 8,5 metros de largo y una envergadura de 24,8 metros. Pesa 450 kg y la parte superior de sus alas, unos 22 m2, están recubiertas de paneles solares. El proyecto se lanzó en 2014 y la aeronave realizó su primer vuelo en 2017.
El objetivo del equipo es llevar el avión a la estratosfera, a unos 25 km sobre la Tierra, lo que representaría una novedad histórica para un avión solar equipado con motores eléctricos.
En mayo, el avión alcanzó una altitud de 26.000 pies (casi 8 km) en un vuelo de prueba.