El avión Solar Impulse, que ayer despegó a las 8:07 horas del aeropuerto de Rabat (Marreucos) pilotado por André Borscheberg para dirigirse al de Ourzazate, se vio obligado a regresar al punto de partida al encontrarse con vientos y turbulencias que comprometían la seguridad del vuelo. La decisión de regresar al punto de partida se tomó a las 15:26 horas, cuando el avión se encontraba entre Casablanca y Marrakech, al degradarse las condiciones climáticas.
Según los impulsores del proyecto, el cambio de planes «es un recordatorio perfecto de cómo las misiones del Solar Impulse son desafiantes y difíciles, lo cual obliga a ser flexibles y a que todo el equipo esté preparado» para afrontar eventualidades inesperadas.
Bertand Piccard manifestó que «todos los aspectos del vuelo estaban bien planificados, lo cual hacía que todo parezca tan fácil. Tal vez demasiado fácil teniendo en cuenta que casi nos olvidamos de que el Solar Impulse HB-SIA es un prototipo, que en un principio sólo estaba destinado a volar a Suiza y probar su capacidad para volar día y noche sin combustible. Lo que estamos haciendo hoy con estos vuelos intercontinentales está en el límite de sus capacidades y cada misión es una hazaña técnica y humana para todo el equipo».
El piloto Borscheberg dijo que «cuando el viento de frente es más rápido que a velocidad de la aeronave y cuando somos empujados hacia atrás a una altitud de 8.000 metros corremos el riesgo de perder rapidamente todas las referencias. Ese fue el momento en el que decidimos que teníamos que parar»