El Aeropuerto de Barcelona-El Prat siguió optimizando la gestión de sus recursos durante el 2013. Pese al crecimiento de pasajeros (un 0,2% anual respecto al año anterior), la mayoría de indicadores señala una reducción en el consumo de los recursos. Eso se traduce en que la instalación ha sido más eficiente teniendo en cuenta que ha utilizado menos recursos para servir a más personas.
Por apartados, el consumo de Gas Natural en el aeródromo barcelonés pasó de 2,9 millones de m3 en 2012 a 1,7 millones el pasado año, lo que supuso una reducción del 42%. La implantación del Real Decreto 1826/2009, que regula la temperatura de los espacios públicos que requieren climatización, con un control horario de la calefacción en puntos de baja ocupación de la Terminal en ciertos momentos del día, el incremento de la temperatura media durante los meses de frío del 2013 y el control continuo del rendimiento de los equipos de generación fueron los motivos principales de este ahorro.
Consumo de electricidad y agua
En 2013 el consumo eléctrico del Aeropuerto de Barcelona-El Prat fue de 178,7 millones de kWh, un 3% menor al de 2012 (183,8 millones de kWh). En este caso, además de la disminución producida por el R.D. 1826/2009, la reducción de la iluminación en las terminales durante las horas sin tráfico aéreo es la principal clave del ahorro.
También lo ha sido la apuesta continuada durante estos últimos años por parte del Aeropuerto en equipos y tecnologías novedosas orientadas a aumentar la eficiencia energética de sus instalaciones; por ejemplo, el uso de la tecnología de LED en iluminación, ya extendido en varias zonas del Aeropuerto, o incluso la realización de pruebas con equipos construidos a base de grafeno.
Precisamente, desde que se empezaron a aplicar estas medidas en 2010, el aeropuerto ha reducido su consumo eléctrico en un 13,3%, lo que supone un ahorro de 25 millones de kWh, el consumo medio anual de un municipio de aproximadamente 20.000 habitantes.
Por otro lado, el consumo de agua pasó de 1.316.396 m3 en 2012 a 1.102.615 en 2013, una reducción de 16% en términos totales. Los principales aspectos que explican este ahorro son la reducción de posibles fugas por mejoras en la red de distribución y la disminución del riego por ser un año con buenos registros en pluviometría.