El británico Norman Foster, asociado con el mexicano Fernando Romero, yerno del multimillonario Carlos Slim, son los arquitectos seleccionados para encargarse del diseño del nuevo Aeropuerto Internacional Ciudad de México (AICM), con el que el presidente Enrique Peña Nieto quiere marcar la impronta de su mandato, relanzando la modernización del país con la construcción de grandes infraestructuras.
El aeropuerto se ubicará en la población de Texcoco, a unos 10 km. del actual aeropuerto. En la zona el Gobierno de México cuenta con una reserva de espacio de 5.500 hectáreas, de las que 4.600 las ocupará la instalación aeroportuaria. El resto se destinará a una grandiosa zona verde que servirá de pulmón y área de ocio de los habitantes de la metropoli.
Las imágenes divulgadas de la maqueta del proyecto muestran un estilizado edificio terminal en forma de X, una de las letras de México, entorno al cual se ubicarán las puertas de embarque.
Según las informaciones divulgadas ayer durante la solemne presentación del proyecto, la inversión ascenderá a unos 9.100 millones de dólares. El aeropuerto, cuando esté totalmente construido tendrá capacidad para 120 millones de pasajeros. El campo de vuelo contará con seis pistas de aterrizaje. Pero la primera fase de la instalación constará de tres pistas, suficientes para asegurar una capacidad de 50 millones de pasajeros. La primera fase contará con plataformas de estacionamiento para 118 aviones y apacidad para efectuar hasta 410.000 operaciones al año.
En la actualidad, el aeropuerto de México capital registra más de 30 millones de pasajeros al año y está al borde de la saturación, con lo cual está en clara desventaja para impulsar el desarrollo del país. El Instituto Mexicano del Transporte estima que en el año 2015, el actual AICM podría llegar a tener hasta de 18 aviones en espera de despegue, lo cual implicaría retrasos de 20 minutos en promedio.