Doce días después del atentado que mató a 14 personas en la zona de salidas del Aeropuerto de Bruselas y destruyera de forma importante las instalaciones, la instalación ha reanudado hoy timidamente sus operaciones, aunque hace algunos días ha gestionado vuelos de carga.
El director del Aeropuerto, Arnaud Feist, realizó ayer unas declaraciones en las que afirmó que la instalación no trabajará a pleno rendimiento hasta dentro de tres meses aproxiadamente.
Inicialmente, sólo se podrá acceder al aeropuerto internacional de Bruselas – Zaventem en auto o taxi. Cámaras especiales estarán instaladas para captar las matrículas de los vehículos y se realizarán controles. Los pasajeros y su equipaje serán chequeados llegar a la terminal, una medida que ha sido acordada entre los sindicatos de la policía y los expertos del ministerio del Interior belga. Todo ello, rodeado de patrullas policiales y militares.
Hoy, solo tres vuelos el domingo
Todos los vehículos, ya sean privados o taxis, deben hacer uso del aparcamiento P2 y desde allí acceder a la infraestructura temporal del aeropuerto al lado del denominado conector. «Solo los pasajeros desde el aparcamiento tendrán acceso» al aeropuerto, indicó Feist, donde serán instalados detectores de metal y de rayos X y escáneres a los que se tendrán que someter «todos los pasajeros» y el equipaje.
Explicó además que la próxima fase será comenzar los trabajos de renovación de la terminal donde tuvieron lugar las explosiones. Un portavoz de la policía aconsejó a los pasajeros llegar al menos dos horas antes de la salida del vuelo al aeropuerto. Feist dijo que la terminal planeaba realizar tres vuelos hoy, con destino a Faro, Atenas y Turín-, todos operados por Brussels Airlines.
El aeropuerto de Bruselas es uno de los más grandes de Europa. Transporta a 23,5 millones de pasajeros y 489.000 toneladas de carga por año, conectando a la capital belga –sede de la Unión Europea y la OTAN– con 226 destinos en todo el mundo a través de 77 aerolíneas diferentes.