Un aeródromo no puede operar por la proximidad de un parque eólico

El aeropuerto de Castellón se ha hecho célebre por haberse inaugurado el pasado marzo, poco antes de las elecciones, sin aviones ni permiso de navegación. La instalación, acabada 13 años después de anunciarse, ha costado más de 155 millones de euros y aún carece de autorización para que aterricen aviones. Cuando Carlos Fabra, el presidente de la Diputación de esa provincia inauguró la obra, apuntó: «Hay quienes dicen que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones». Y justificó la idea de habilitar la torre de control y la pista de aterrizaje para que «cualquier ciudadano que lo desee pueda visitarlas y caminar por ellas, cosa que no podrían hacer si fueran a despegar aviones». Esta información se puede leer en www.elpais.com.

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