El Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña trabaja en una nueva propuesta del plan director urbanístico aeroportuario (PDUA) del aeródromo de la Cerdanya, que el director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo, Agustí Serra, ha presentado este jueves a los alcaldes de Das y Fontanals de Cerdanya.
El PDUA es una figura de planeamiento que aborda tanto los aspectos urbanísticos como los aeroportuarios, de la cual tienen que disponer todas estas instalaciones, según dispone la Ley de aeropuertos, helipuertos y otras infraestructuras aeroportuarias, aprobada el 2009. El objetivo de este tipo de plan es calificar la zona de servicio según su titularidad, detallar las servidumbres aeronáuticas que afectan los terrenos del entorno, ordenar todo el ámbito y especificar las condiciones que se tienen que respetar para el funcionamiento de la infraestructura.
Participación ciudadana
El PDUA de la Cerdanya fue aprobado inicialmente el abril del 2015 y sometido al preceptivo periodo de información pública, pero su aprobación definitiva, prevista para el pasado mes de abril, se pospuso para dar respuesta a las inquietudes surgidas en el territorio.
Fruto de las conversaciones con los ayuntamientos de la Cerdanyaa, el Consejo Comarcal y los agentes sociales, el Departamento ha puesto sobre la mesa una nueva propuesta de Plan que, cuando tenga el consenso necesario, se aprobará inicialmente por segunda vez el próximo otoño y se volverá a someter a información pública, para permitir la participación de todos los ciudadanos interesados.
En todo caso, se apuesta para mantener la aviación lúdica y deportiva, ultraligeros, globos aerostàtics, paracaidismo y vuelo a vela, como actividad de referencia del aeródromo, y que ha caracterizado la instalación desde los años 70. No se prevé un aumento de la capacidad operativa del aeródromo y en ningún caso se admitirá la aviación comercial, como tampoco se había contemplado en el documento que ahora estaba en trámite.
Menos edificaciones
El principal cambio que se propone es reducir la edificabilidad del aeródromo, limitando los posibles hangares a los que sean necesarios para la aviación deportiva en los próximos años.
Esta reducción de techo se concentra sobre todo en la zona de aviación general, mientras la zona de hangares destinados a vuelo a vela se mantiene igual que se preveía en el documento que se tenía que aprobar definitivamente.
Otro ámbito que se reduciría sería el de la torre de control, terminal, centro social y de tecnificación deportiva de vuelo a vela. Aquí se prevé ubicar un centro de alto rendimiento deportivo vinculado al vuelo de montaña y al vuelo a vela, así como usos terciarios, de restauración y educativos.