El aeropuerto de Castellón languidece antes de entrar en servicio, a pesar de que la Generalitat valenciana lo inauguró en marzo. El de Ciudad Real, privado, se va a quedar sin vuelos en menos de dos meses porque Vueling lo abandona. El de Lleida lucha por sobrevivir con su muy modesta utilización, con 61.679 pasajeros en su primer año. Las últimas terminales construidas en España muestran las dificultades de estas infraestructuras. / Esta información se puede leer en www.lavanguardia.es.