La Comisión Europea ha autorizado la utilización de los polémicos escáneres corporales en los aeropuertos de la Unión Europea (UE). Los escáneres, utilizando ondas de radio, perfilan imágenes en tres dimensiones del cuerpo humano y sirven para localizar explosivos y otros materiales adheridos a los pasajeros, a los que desnuda virtualmente, según informó el diario La Razón de España.
Su aprobación llega tras un intensa discusión entre el Parlamento y la Comisión, y cambios de posiciones dentro de las instituciones desde que se abriera el debate en 2009, tras el intento de un terrorista de estallar un artefacto en un vuelo entre Ámsterdam y Detroit.
La normativa fija las «mínimas condiciones» que había solicitando la Eurocámara, y que ya prometió en 2010 la responsable de Justicia, Viviane Reding.
Los escáneres «no podrán almacenar, retener, copiar, imprimir» las imágenes de los viajeros. Éstas se mantendrán tanto como dure la búsqueda y se eliminarán «tan pronto como el pasajero sea autorizado», prohibiéndose cualquier otro uso. Además, las personas que estén al cargo del visionado de las pantallas deberán estar en una sala aparte para no ver a los pasajeros escaneados. Las imágenes no se podrán vincular a cualquier dato relacionado con el pasajero, y su identidad deberá permanecer anónima.
También podrá solicitar que el técnico de seguridad «sea del sexo de su elección». Y «la imagen será difuminada u obscurecida para evitar la identificación del rostro del pasajero». Estos cambios entrarán en vigor a mediados de diciembre, por lo que los escáneres podrían ser utilizados ya durante el intenso tráfico navideño.
No obstante, la nueva normativa no obliga a ningún país a utilizar este controvertido sistema. La normativa también permite a los viajeros negarse a pasar por el escáner y utilizar otro método de control, pero como no precisa este extremo puede abrir la vía a controles abusivos a los pasajeros reticentes.
La única medida para proteger la intimidad del viajero introducida en el reglamento es que el analista de seguridad que supervise las imágenes del escáner debe hallarse en un sitio separado del aparato que impida una vinculación visual directa de la imagen con el pasajero.