El aeropuerto sin aviones que inauguraron Francisco Camps y Carlos Fabra se ha convertido en una sangría de dinero del contribuyente. El aeropuerto de Castellón no ha comenzado a operar y su futuro es más incierto que nunca después de que la Generalitat haya roto el contrato con la concesionaria que debía hacerse cargo de su explotación. / Esta infomración se puede leer en www.elpais.com.