El Aeropuerto de Alicante-Elche ha implantado un sistema pionero en los aeropuertos españoles que consiste en aprovechar el agua de rechazo de diversos procesos para darle un segundo uso. El objetivo de esta medida es obtener un ahorro del 15% en el consumo hídrico aeroportuario, lo que equivaldría a siete piscinas olímpicas al cabo del año.
Esta innovadora actuación ha supuesto la instalación de una red separada para la recogida de agua de los lavabos de la terminal y del agua condensada que producen las climatizadoras. Una vez recogida, el agua se incorpora a un depósito para su segundo uso, evitando así que sea desechada, y es sometida a un tratamiento para poder utilizarla en los 350 inodoros que hay repartidos en los distintos aseos del recinto aeroportuario.
Además, este sistema también incluye la utilización del agua de rechazo de la planta de agua osmotizada que abastece a los locales de restauración de la terminal. Así pues, son tres tipos de agua los que recoge esta instalación que permite la reutilización de este recurso escaso, en un edificio por el que van a pasar más de 14 millones de pasajeros antes de que finalice el año.
El Aeropuerto de Alicante-Elche ha integrado los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 en sus políticas medioambientales y la gestión eficiente de los recursos hídricos está en la línea del ODS 6 “Agua limpia y Saneamiento”. A esto hay que sumar, la ubicación del aeropuerto alicantino en un territorio donde a excepción de los episodios de lluvias torrenciales, se sufren largos periodos de sequía.
Adicionalmente a este sistema, el Aeropuerto de Alicante-Elche realiza diversas actuaciones para minimizar los consumos de agua, como el control de fugas de agua, temporizadores en los grifos, concienciación de los usuarios a través de carteles informativos y el desarrollo de zonas verdes con criterios de xerojardinería, entre otras medidas.