El Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol se ha reforzado como espacio cardioprotegido con la ampliación del número de columnas de rescate cardíaco y ha pasado de la docena existente hasta ahora a un total de 32.
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De los 20 equipos nuevos, 14 se han desplegado en las terminales, tanto comercial como la de Aviación General, y en la central eléctrica. Los seis restantes han quedado instalados en los camiones del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios (SSEI).
Las columnas de rescate cardíaco ubicadas en las terminales, en zonas visibles y debidamente señalizadas, no sólo permiten realizar maniobras de soporte vital básico, sino que también son los primeros eslabones de la cadena de supervivencia hasta la llegada de los servicios médicos de urgencia.
Para ello, en un primer momento, cada aparato determina, mediante un electrocardiograma, la necesidad o no de aplicar una descarga mientras guía al personal que lo usa indicándole los pasos a seguir. De manera simultánea, el dispositivo activa automáticamente una señal de alarma en el servicio médico del aeropuerto, que se desplazará al punto requerido para prestar asistencia en el mínimo tiempo.
Las columnas de rescate cardíaco controlan y mantienen en perfectas condiciones de uso los desfibriladores y demás elementos que las integran, como las baterías, software, hardware, etc… Desde cada punto se remiten las notificaciones de incidencias, tanto de uso de los desfibriladores como posibles fallos técnicos, a la empresa encargada de su instalación y mantenimiento, que puede comprobar ‘online’ el estado de los sistemas.
La infraestructura malagueña está certificada como espacio cardioprotegido desde hace una década. Desde entonces, se completa esta prestación con formación en soporte vital básico, primeros auxilios y manejo de desfibriladores para trabajadores no sanitarios.
Mediante medio centenar de cursos, entre iniciales y de reciclaje, se ha instruido hasta el momento a alrededor de 300 personas que desarrollan su labor en el recinto aeroportuario malagueño, entre empleados de Aena, compañías aéreas, agentes ‘handling’, concesionarios comerciales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Los trabajadores que solicitan participar de manera voluntaria en las jornadas de aprendizaje reciben conocimiento teórico y, posteriormente, adiestramiento práctico, durante el que ejercitan todo el proceso de la cadena de supervivencia y desfibrilación externa tanto para adultos como para niños. Al concluir, están familiarizados con los desfibriladores y capacitados para asistir a una persona en los primeros minutos tras una parada cardíaca.