El Aeropuerto de Andorra – La Seu d’Urgell encendió por primera vez el pasado 1 de febrero las nuevas luces de la pista y de la plataforma, en el simulacro que se realizó después del ocaso. Las obras de iluminación del Aeropuerto han durado cinco meses y han tenido un coste de 1.057.400 millones de euros.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) visitó el Aeropuerto los días 7 y 8 de febrero, para certificar que es nuevo equipamiento funciona correctamente y otorgar los permisos necesarios. La iluminación permitirá la llegada de vuelos nocturnos. Las luces sólo se encenderán en caso de que haya programado vuelos nocturnos.
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El consejero de Territorio, Juli Fernàndez, destacaó durante el simulacro que «disponer de una infraestructura estratégica como el aeropuerto con mayor capacidad de atraer rutas, mejorando la seguridad, es una apuesta complementaria por dotar de mayor atractivo turístico, pero al mismo tiempo para garantizar también la competitividad de las actividades económicas y al mismo tiempo de accesibilidad de los residentes».
Por su parte, el ministro de Economía de Andorra, Jordi Gallardo, indicó que las obras «deben permitir alcanzar mayores índices de empleo» y subrayó los esfuerzos de ambos gobiernos «por hacer crecer esta infraestructura, primordial en nuestra estrategia de desenclave». Gallardo se referió al próximo reto de la instalación: «dotarla de un punto de control [aduanero] de personas y control de mercancías y convertir el aeropuerto de Andorra-La Seu en internacional para realizar vuelos fuera de el espacio Schengen».
Los trabajos han consistido en la instalación de tres torres de iluminación con leds y once torres de luces con captación y baterías de energía solar, además de la adecuación de la pista con luces de obstáculos, leds y canalizaciones en los laterales. Las obras también han supuesto la instalación de un faro de aeródromo en la torre de control.
Por otra parte, también terminaron las obras de adecuación de la carretera del Aeropuerto, con un coste de 100.000 euros, y que han supuesto la renovación de la señalización, la reparación del balizamiento y de la barrera de seguridad, además de la limpieza del drenaje y los taludes.
