Incrementar la conectividad, recuperar rutas y mejorar su calidad. Éste es el triple objetivo que se ha marcado el Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas de Barcelona (CDRA) para el periodo 2024-2025 y que se ha presentado hoy en rueda de prensa en Barcelona. El CDRA lo forman Aena, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y la Cámara de Comercio de Barcelona.
Así lo detallaron el secretario de Movilidad e Infraestructuras del departamento de Territorio de la Generalidad de Cataluña y presidente del CDRA, Marc Sanglas Alcantarilla; el comisionado de Relaciones Internacionales y Promoción de Ciudad del Ayuntamiento de Barcelona, Pau Solanilla; la directora del Aeropuerto de Josep Tarradellas Barcelona – El Prat, Eva Valenzuela, y el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Josep Santacreu, durante sus parlamentos.
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Las cuatro entidades impulsoras del CDRA han manifestado una vez más el compromiso por seguir cumpliendo uno de los objetivos fundacionales de la entidad: impulsar los vuelos intercontinentales desde el aeropuerto de la capital catalana.
En este sentido, durante la presentación se ha puesto de manifiesto que si bien en 2023 el aeropuerto recuperó la mayoría de las conexiones prioritarias con la apertura de los países asiáticos, ahora se entra en una nueva fase focalizada en el apertura de nuevos mercados y mayores frecuencias. Por este motivo, se ha realizado una revisión sustancial de los objetivos del Plan Estratégico para responder a la realidad post-COVID del sector de la aviación ya los retos globales que afronta.
En concreto, el nuevo Plan Estratégico para el período 2024-2025 es un estudio exhaustivo de todos los destinos importantes: de los no servidos y los destinos que ya se cubren pero que habría que mejorar; un programa que actuará como plan de acción del CDRA.
De hecho, por aquellas rutas todavía no servidas actualmente, el CDRA ha identificado dos categorías. La más prioritaria, las grandes metrópolis mundiales en términos de competitividad e influencia internacional, con gran demanda con Barcelona, y algunas de las cuales se operaban en 2019, antes de la pandemia, y todavía no se han recuperado.
En este sentido, Shanghai, Hong Kong, Lima, Delhi y Tokio se convierten en los mercados más prioritarios y estratégicos. Paralelamente, también se han identificado y categorizado otros destinos con prioridad 2, siguiendo los mismos criterios.
El plan presentado también ha analizado aquellas rutas ya operadas actualmente pero que podrían mejorarse en términos de calidad de la oferta, teniendo en cuenta la gran demanda de pasajeros existente. En este sentido, se han priorizado rutas estacionales, con el objetivo de desestacionalizarlas (por ejemplo San Francisco, Chicago o Washington DC), así como otras rutas que, aunque operadas durante todo el año, tienen pocas frecuencias y, por tanto, objeto de mejora (Santiago, Buenos Aires, Beijing, Singapur, entre otros). La voluntad con estos destinos es incrementar el número de frecuencias durante todo el año, reduciendo al máximo su estacionalidad, para hacerlas más atractivas por los pasajeros de negocios.
Hay que tener en cuenta que fruto de la actividad del CDRA, varias compañías aéreas han apostado por Barcelona y han empezado a operar nuevos vuelos intercontinentales durante los últimos años con un incremento de las frecuencias con el objetivo de generar mayor atracción por los pasajeros de negocios y contribuir al desarrollo económico de Barcelona y Cataluña.
En concreto, para el año en curso, se prevé que el Aeropuerto JT Barcelona -El Prat recupere la ruta en Hong Kong (Cathay Pacific) y consiga nuevos enlaces intercontinentales como el de Dallas (American Airlines), Miami (LEVEL) o el de San Francisco (United Airlines). También se consolidarán rutas existentes, como la frecuencia diaria adicional en Nueva York de Delta Airlines o la tercera frecuencia diaria de Qatar Airways en Doha.
De hecho, la confirmación -por parte de Level- de la obtención del certificado operativo de compañía aérea atribuye al aeropuerto una importancia clave para el desarrollo de nuevos destinos de largo radio y la capacidad de generar tráfico de conexión gracias a los acuerdos de Vueling . Así pues, serán 3 las compañías regulares – Volotea, Vueling y Level- con oficinas centrales en Barcelona las cuales aportan un gran valor añadido industrial y de conocimiento.
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Balance del Plan Estratégico del CDRA en el período 2020-2024
Durante el período del Plan Estratégico 2020-2024 se han inaugurado 17 nuevos destinos y/o rutas estratégicas, como por ejemplo, Shenzhen (Shenzhen Airlines), Calgary (WestJet), Chicago (United Airlines) y Jeddah (Saudia Airlines), entre otros. Además, en los últimos 19 años se ha triplicado el número de destinos (de 17 a 50), así como recuperado la práctica totalidad de las rutas perdidas por la pandemia.
La actividad del CDRA ha contribuido a que, durante el año 2023, el aeropuerto de Barcelona transportara 7,64 millones de pasajeros intercontinentales —considerando pasajeros directos ( 3,20 millones) e indirectos (4,44 millones). Un balance positivo fruto de las nuevas rutas y frecuencias que se han creado gracias a las iniciativas del Comité.
Concretamente, a lo largo del último año, el aeropuerto catalán operó un promedio de 276 frecuencias semanales intercontinentales, acercándose a las 304 del año 2019, así como una oferta de 6,93 millones de asientos. Una cifra notablemente superior a la de 2022, cuando se ofrecieron 5,48 millones de asientos (un +26% en términos relativos), pero aún sensiblemente inferior a la alcanzada en 2019, cuando se registraron 7,83 millones de asientos .
En relación con la demanda, el tráfico aéreo intercontinental total en 2023 creció en 5,5 millones de pasajeros respecto a 2020 (peor año de la pandemia), gracias al incremento del +195% del tráfico intercontinental directo y estimulación del +228% del tráfico intercontinental indirecto.
Estos resultados ponen de relieve el trabajo realizado de forma conjunta por las cuatro instituciones que conforman el CDRA para fomentar el creciente de la demanda intercontinental de Barcelona, pero también demuestra que el trabajo desarrollado por el CDRA sigue siendo necesario.
