Kingfisher Airlines, compañía de bajo coste de India que nunca ha tenido beneficios, parace herida de muerte pues ayer las dirección general de aviación civil de India le retiró la licencia de vuelo. La deuda de Kingfisher es de entre 1.500 y 2.000 millones de dólares.
Llegó a tener 66 aviones y ultimamente apenas disponía de una decena. Este año muchos pilotos han abandonado la compañía y los que quedaban hace días habían iniciado una huelga que formalmente finalizaba el próximo martes. Kingfisher ha pasado durante los últimos meses de ser la segunda compañía de India a la sexta.
El pasado 12 de octubre la justicia de India emitió una orden de detención contra el magnate Vijay Mallya, propietario de Kingfisher y del equipo de Fórmula 1 Force India, por extender cheques sin fondos.