Todos los indicios apuntan que ayer las redes de un barco de pesca de arrastre recogieron el fuselaje del ultraligero que se precipitó al mar, frente a la costas de Girona, el pasado 22 de diciembre.
En el aparato, que había despegado del campo de vuelo de Pals, volaban una instructora de vuelo y un alumno. Aunque el ultraligero se desprendió de la red a causa de su peso, un miembro de la tripulación recogió antes un trozo del fuselaje, que después entregó a la policía.
Ayer, un robot submarino localizó los restos del aparato, que se encuentran a unos 90 metros de profundidad, aunque no los cuerpos de los desaparecidos. Hoy, buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas la Guardia Civil, expertos en inmersiones profundas, deberían confirmar el hallazgo. El barco recogió el ultraligero cuando faenaba entre las Islas Medas y el cabo Norfeu, en la zona en la que algún testigo vio volar el ultraligero antes de que desapareciese.
Las labores de búsqueda del ultraligero comenzaron al día siguiente de su desaparición y prosigueron durante varios días. Después, los medios de la Administración cesaron en las labores de búsqueda, pero los familiares contrataron un helicóptero provisto de un scaner y también un robot submarino.
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