Agentes de los Mossos d’Esquadra de la Unidad de Medios Aéreos han imputado a un hombre de 46 años y vecino de Sant Antoni de Calonge (Baix Empordà; Girona) por un delito contra la seguridad del tránsito aéreo (ley 209/64) al ser sorprendido deslumbrando con un puntero láser el helicóptero policial. Esta imputación puede comportar pena de reclusión mayor.
El pasado martes 11 de febrero agentes de la Unidad de Medios Aéreos estaban realizando un patrullaje de vuelo nocturno, sobrevolando la población de Vall-llobrega, en el Baix Empordà, en el marco de un dispositivo de seguridad para prevenir los robos violentos en domicilios.
Alrededor de las 20 horas, mientras realizaban el mencionado dispositivo los agentes fueron deslumbrados con un puntero láser de gran potencia que les provocó una ceguera transitoria de varios segundos y que obligó al piloto a realizar una serie de maniobras para evitar el impactodirecto del haz de luz. Los ataques con puntero láser se repitieron en varias ocasiones.
Después de recorrer las diferentes zonas del municipio, los agentes localizaron el lugar desde donde procedía esta luz deslumbrante contra la aeronave policial. Con la ayuda de la cámara térmica del mismo helicóptero se localizó el autor de estos ataques, un hombre, que desde una casa unifamiliar de Sant Antoni de Calonge, apuntaba el helicóptero que sobrevolaba la zona.
Los Mossos d’Esquadra recuerdan que la maniobra de aproximación es uno de los momentos más críticos del vuelo y, por lo tanto, requiere la máxima concentración de los pilotos. El hecho de recibir un ataque con un haz de luz láser y que este impacte directamente en los ojos de los pilotos supone sufrir varios según de ceguera, lo que puede comportar un riesgo especialmente grave cuando la aeronave, sea del tipo que sea, se encuentra cerca del tierra.
El ataque con punteros láser, además de provocar la distracción y deslumbramiento inicial, puede ocasionar después otros problemas oculares que pueden llegar a provocar quemaduras en la retina del ojo, u otras lesiones oculares que pueden aparecer con posterioridad al ataque.
Según los datos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), durante el 2012 se detectaron 540 casos “de afecciones externas sobre la aeronave” siendo el factor principal las que correspondían a interferencias en vuelo producidas por el uso indebido de dispositivos “láser” el que supuso un total de 28,6 sucesos por cada 100.000 operaciones.
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