El pasado miércoles 25 de mayo un trirreactor Falcon 7X sufrió una disfunción de su compensador de profundidad durante el descenso y empezó a cabecear. La tripulación restableció los parámetros de un vuelo estable y aterrizó sin mayores complicaciones. Dassault Aviation, fabricante del aparato, indica en un comunicado que su determinación a «mantener el más alto nivel de seguridad de sus aparatos».
Desplazó a un grupo de expertos a examinar el avión y comprender las causas del incidentes. «Por precaución», según el comunicado del fabricante, ha solicitado a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) que pida que los Falcon 7X dejen de volar temporalmente, lo cual ha acordado la agencia. En la actualidad, vuelan 112 Falcon 7X que totalizan más de 75.000 horas de vuelo.