Ante la aparición de alguna noticia que cuestiona la seguridad de las operaciones en el Aeródromo del Pinar, el Aeroclub de Castellón recuerda que, en los 54 años que está gestionando estas instalaciones, no ha habido ni un sólo accidente en el que se haya visto involucrado personal ajeno al aeródromo.
El Aeroclub de Castellón registra un elevado número de operaciones, que lo sitúa entre los principales aeropuertos y aeródromos de España. En 2010 realizó 27.000 operaciones, superando a muchos aeropuertos de la red de AENA. La cifra de incidentes que se registran es mínima gracias a las excepcionales condiciones meteorológicas del campo y a su tipo de tráfico, dado que todas las operaciones deportivas, turísticas y lúdicas se realizan únicamente cuando las condiciones son adecuadas.
Desde 1958 se han producido dos accidentes mortales, pero solo relacionados indirectamente con el aeródromo, pues ninguno de ellos ocurrió en la instalación. En 2006 falleció el piloto de un avión de extinción de incendios, durante la intervención que realizaba, y en 2003 perdieron la vida los dos ocupantes de un autogiro.
A pesar de ser un campo no controlado, el Aeroclub de Castellón dispone de un servicio de información de tráfico vía radio y requiere la utilización obligatoria de radio a todas las aeronaves para la coordinación del tráfico aéreo, lo que redunda en la seguridad de las operaciones.
El aeródromo esta autorizado para operación de vuelo visual diurno (VRF-HJ) de orto a ocaso (del amanecer al anochecer) y cumple con todas las estrictas normativas y reglamentos vigentes. La mayoría de las aeronaves que suelen utilizarlo son ligeras y deportivas que gracias a la evolución tecnológica en los últimos tiempos, especialmente en lo relativo a las motorizaciones, dejan una huella sonora muy baja.
Aún así y adicionalmente, el Aeroclub de Castellón, por iniciativa propia, ha establecido unas normas locales que restringen el horario para ciertas maniobras con el fin de reducir aún más el posible impacto acústico. Con el mismo fin, se implantó también un procedimiento no oficial de uso de pistas, sujeto a la decisión última del comandante de la aeronave según su criterio, manual de vuelo y condiciones meteorológicas, siendo la seguridad la primera premisa.