El pasado 4 de julio se procedió en los astilleros de Rosyth (Escocia) el bautizo del primero de los dos futuros portaviones de la Royal Navy, el HMS Queen Elisabeth, en presencia de la reina Elisabeth del primer ministro David Cameron y del ministro de Defensa Philip Hammond, además de otras autoridades civiles y militares.
En contra de lo habitual, no se estrelló una botella de champán contra el casco sino una botella de güisqui. Proximamente el barco se posará sobre el mar y proseguirán los trabajos de equipamiento. Está previsto que en 2017 comiencen las pruebas de navegabilidad y de los sistemas embarcados. El Queen Elisabeth acogera posteriormente, en 2018, los F-35B.
En el acto de botadura se colocó en la rampa de despegue una maqueta a tamaño real del F-35B.