Después de los atentados yihadistas cometidos la noche del pasado viernes 13 en diferentes zonas de París, que han causado por ahora 132 muertos y unos 350 heridos, el sábado 14 el presidente de Francia decretó el estado de emergencia en el país y declaró que está en «guerra» contra el Estado Islámico, que se ha atribuido la autoría de los atentados y que opera en una parte del territorio de Siria.
La respuesta a los atentados, en los que intervinieron ocho terroristas, se produjo ayer tarde cuando 10 cazas franceses bombardearon posiciones del Estado Islámico en la ciudad de Raqa, considerada la capital del yihadismo. Se han lanzado una veintena de 20 bombas y esta operación se ha efectuado en coordinación con las fuerzas de Estados Unidos.
Conviene recordar que Francia comenzó a atacar posiciones del Estado Islámico el 27 de septiembre. Lo anuncio el presidente de Francia, Francois Hollande, al día siguiente desde la sede de Naciones Unidas en Neva York. Entonces, cinco cazas Rafale bombardearon campamentos yihadistas. Hollande dijo que los ataques de Francia se ejecutaban «en defensa propia», con la finalidad de impedir ataques terroristas.
Francia ha movilizado a unos 10.000 soldados, de los que 7.000 actúan en el interior del territorio en el marco de la denominada «Operación Sentinelle» (1), que tiene por objetivo repeler ataques terroristas, velar por la seguridad de infraestructuras claves del país, así como proteger a los franceses y mantener la seguridad de espacios de masiva concurrencia de ciudadanos.
El sábado un Airbus A340 del Escuadrón de Transporte Esterel despegó de Toulouse y trasladó al aeropuerto Charles de Gaulle de París unos 150 paracaidistas, que se desplegaron por la capital y que actúan en coordinación con la policía. El Ministerio de Defensa informó que, según la naturaleza de los lugares que frecuentan, los militares adoptan una actitud que puede ser «estática, dinámica o mixta».
(1) Francia estaba en estado de alerta y puso en marcha la Operación Sentinelle después de que los días 7, 8 y 9 de enero varios terroristas causasen una matanza en la redacción de la revista humorística Charlie Hebdo y tomasen rehenes en un comercio judio y una industria.