Vídeo reportaje sobre la película «El viento se levanta»

Uno de los directores que más nos ha hecho soñar, Hayao Miyazaki, se despide del cine con un homenaje a los soñadores, a todos los que luchan por conseguir sus sueños, por imposibles que parezcan.

El viento se levanta es una joya de la animación y del cine en general, en la que el director de dibujos animados más importante de las últimas décadas nos invita volar, a perseguir nuestros sueños.

Quizá por eso, después de terminar esta película, que tiene mucho de autobiográfica, Miyazaki decidiese anunciar su retirada en busca de nuevos desafíos, de nuevos sueños, fuera del mundo de la animación.

Pero este último sueño está a la altura de sus grandes películas, es un auténtico testamento cinematográfico que resume lo mejor de su estilo (visual, estilístico y narrativo) y a la vez es su película más adulta y emocionante. Un drama clásico sobre la persecución de los sueños y una emocionante historia de amor en la que no falta la magia de todas sus películas, aunque los elementos mágicos y sobrenaturales, tan habituales en su filmografía, hayan desaparecido casi por completo.

Trailer de la película

Y eso que la película nació con polémica, porque narra la vida de Jiro Horikoshi, el hombre que inventó los aviones de combate Zero, que fueron usados en el ataque a Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial y que estaban considerados los mejores aviones de la época por su maniobrabilidad y largo alcance. Un personaje que, en principio, no tenía nada que ver con Miyazaki, declarado pacifista. Pero Miyazaki ha convertido al personaje en un soñador, dispuesto a luchar por sus sueños pese a que sea perfectamente consciente de que otros puedan convertir esos sueños en pesadillas (y a su avión en el más tristemente famoso de la Segunda Guerra Mundial).

Miyazaki nos invita a volar

«Le vent se lève! . . . il faut tenter de vivre!» («¡El viento se levanta!…¡hay que intentar vivir!») (Paul Válery)

Esta frase del poeta y filósofo francés, Paul Válery (que es una meditación sobre la muerte y la conclusión de que hay que disfrutar de la vida) es el leiv motiv de a película, centrada en la vida de Horikoshi, su sueño de crear un avión y su bella historia de amor con Nahoko Satomi, otra de las mujeres fuertes habituales en el cine de Miyazaki. Y es que el realizador se contagia, y nos contagia, del romanticismo de los soñadores.

Por eso la película esta dividida en dos partes diferenciadas: la onírica, que nos narra los sueños de su protagonista por conseguir la libertad que supone volar, y la parte real en la que vemos su lucha por construir ese avión y aprovechar todo lo posible su historia de amor. Dos partes claramente diferenciadas visualmente, ya que la realidad de Horikoshi, está narrada en tonos ocres y atmósferas funestas; y los sueños del protagonista siempre tienen como escenario los campos con la hierba movida por el viento y esos cielos azules llenos de nubes de algodón que se deshacen cuando los atraviesan los aviones.

Por cierto que en esos sueños siempre se encuentra a otro soñador, el pionero de la aviación italiana Giovanni Battista Caproni, con el que debate si es lícito perseguir esos sueños sabiendo que otros pueden convertirlos en pesadillas.

Una historia en la que todo está relacionado con el viento y con la meteorología, destacando los personajes que se mueven de un lado a otro como hojas, a merced del viento, salvo el protagonista, que siempre está comprometido con su sueño.

Destacar esas espectaculares escenas de vuelo que ya son un clásico en la filmografía de Miyazaki, desde los vuelos de Porco Rosso hasta los del dragón de El viaje de Chihiro, y que aquí son más poéticas y bellas que nunca.

Basada en una novela

La película está basada en una novela del escritor Tatsuo Hori, que cuenta la historia del joven ingeniero aeronáutico Jiro Horikoshi, con el terremoto que destruyó Japón en 1923 como fondo, junto a la posterior crisis y la Segunda Guerra Mundial, Miyazaki relata la obsesión de Horikoshi por los aviones y su historia de amor con Nahoko Satomi. Y lo hace con un realismo mucho mayor al habitual de Miyazaki y con toques de la magia que ha hecho famosos sus filmes, así como sus vivos colores y la preciosa música que siempre les acompaña. Y unos efectos de sonido espectaculares.

Un filme que es el primero que los estudios Ghibli hacen basándose en una historia y personajes reales. Por cierto que Miyazaki reconoce que se inspiró en Horikoshi desde que era joven y tenía su historia «encerrada en su corazón» y quería contarla.

Otro de los pensamientos que sobrevuelan por toda la película es el de que cada ser humano tiene un único decenio de creación, Miyazaki siempre repite que para él ya ha pasado, pero en vista de los excelentes resultados de El viento se levanta esperamos que Miyazaki reconsidere su decisión y siga haciendo volar nuestra imaginación.

De momento nos invita a volar, a vivir, con esta gran película.

El viento se levanta fue nominada al Oscar a la Mejor Película de animación y se convirtió en la cinta más taquillera de 2013 en Japón. Se estrena este viernes, 25 de abril.

Texto: Jesús Jiménez – Publicado en www.rtve.es

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