El tercer Vehículo Automatizado de Transferencia de la ESA, que partirá rumbo a la Estación Espacial Internacional la semana que viene, lleva el nombre del físico italiano y pionero espacial Edoardo Amaldi. El ATV-3 fue bautizado con el nombre del físico italiano Edoardo Amaldi, propuesto por la Agencia Espacial Italiana, ASI.
«Edoardo Amaldi empezó a trabajar en el ámbito de la física nuclear junto a Enrico Fermi, y realizó investigaciones pioneras en el campo de los rayos cósmicos y de la física de partículas, convirtiéndose en uno de los referentes italianos en el campo de la ciencia nuclear», explica Enrico Saggese, Presidente de ASI.«Amaldi fue una de las pocas personas que saltó a la acción en los años de la postguerra, comenzando un proceso que llevó a la fundación de ESRO, el antecesor de la ESA».
Edoardo Amaldi (5 de septiembre de 1908 – 5 de diciembre de 1989) es una figura de referencia en la ciencia italiana del siglo XX, en particular en el campo de la física básica experimental. En Roma, en los años treinta, Amaldi era miembro del grupo de jóvenes científicos conocido como ‘los chicos de la Vía Panisperna’ (‘I ragazzi di Via Panisperna’), que, liderado por Enrico Fermi, realizó el famoso descubrimiento de los neutrones lentos que hizo posible el desarrollo de los reactores nucleares.
Amaldi trabajó en el campo de la física nuclear en los años treinta y cuarenta, para luego comenzar su investigación sobre los rayos cósmicos y la física de partículas. A principios de los años cincuenta, Amaldi fue uno de los padres fundadores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), y entre 1952 y 1954 ocupó el cargo de Secretario General.
Texto: Agencia Europea del Espacio
Edoardo Amaldi también fue uno de los pioneros en la búsqueda experimental de ondas gravitacionales en los años setenta. La física italiana surgió de la depresión que siguió a la Segunda Guerra Mundial en gran parte gracias a su fuerte empeño y motivación.
Amaldi estaba muy preocupado por la paz. Su fuerte convicción de que la comunidad científica tenía la obligación de trabajar por ella fue un complemento natural a su firme creencia en la naturaleza abierta de la ciencia y en la necesidad de fomentar la cooperación internacional.