Cuando el próximo 19 de diciembre la próxima tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS) despegue a bordo de un lanzador Soyuz camino de la ISS, llevará en su equipaje una «nariz detectora» electrónica que ha sido desarrollada por Astrium, la compañía europea líder del sector espacial.
Con esta «nariz electrónica» (E-Nose) se medirá la presencia de hongos y bacterias en el segmento ruso de la Estación Espacial. La E-Nose es un proyecto del organismo oficial alemán de tecnología aeroespacial (DLR) en el que Astrium desempeña la función de contratista principal.
Mediante la E-Nose se detectará la presencia de organismos microbiológicos (cultivos de bacterias y hongos) tanto en términos cualitativos como cuantitativos. La monitorización es importante porque una exposición prolongada a bacterias y hongos puede suponer un peligro no desdeñable, tanto para los aparatos de la ISS como para los miembros de su tripulación.
Con este dispositivo de análisis especialmente diseñado, los astronautas pueden llevar a cabo mediciones en todos los rincones imaginables del denominado «módulo de servicio». También llevarán consigo un «Targetbook» (traducible como «cuaderno de objetivos») en el que se encuentran muestras de diversos materiales: aluminio, material de placas de circuitos impresos, material de etiquetas identificativas para cableado y Nomex (tela ignífuga que se utiliza, por ejemplo, en los monos que visten los bomberos o los pilotos de F1).
Sobre estas muestras se pueden depositar cultivos biológicos que los astronautas medirán cada dos meses. Tras un período de observaciones de aproximadamente seis meses, se enviará a la Tierra el Targetbook, cuyas muestras se evaluarán en el Instituto para Cuestiones Biológicas y Médicas, con sede en Moscú, en colaboración con EADS Innovation Works, la organización corporativa de investigación de EADS.
Registra «perfiles» de olores
Al sistema de medición construido por Astrium es llamado la «nariz electrónica», ya que registra «perfiles» específicos de los olores mediante el empleo de 10 sensores semiconductores distintos. A tal efecto se aprovechan las propiedades específicas de las moléculas de gas que emiten los cultivos biológicos; éstas se forman con el metabolismo de los cultivos y son específicas a cada tipo.
Mediante la estimulación de los diversos sensores se pueden replicar también en el «laboratorio terrestre» los perfiles de olores específicos. Los datos recogidos en la Estación Espacial se compararán con aquellos «entrenados» en Tierra, para poder encontrar coincidencias entre unos y otros.
Análisis casi en tiempo real
En comparación con el método clásico de toma de muestras (frotis) con su consiguiente «procesado» en incubadora –y que en la ISS sólo se puede llevar a cabo con conocimientos expertos y empleando una gran cantidad de tiempo– la nueva «nariz electrónica» posibilita un análisis casi en tiempo real de la situación a través de la conexión de datos con la estación terrena.
El director de proyecto en Astrium, Thomas Hummel, está convencido de su utilidad, pues sostiene que «a largo plazo, el empleo de un dispositivo de medición de este tipo podrá suponer una importante aportación no sólo al conjunto de la Estación, sino también a la seguridad de la tripulación a bordo de la ISS. También, a la de las tripulaciones en futuras misiones de larga duración (con destino Marte, por ejemplo)». También son posibles otras áreas de aplicación aquí en la Tierra, como en el transporte aéreo de viajeros o en submarinos.
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