Herschel cierra sus ojos al universo

Recreación de Herschel en el espacio / Foto: ESA
Recreación de Herschel en el espacio / Foto: ESA

El observatorio espacial Herschel de la ESA ha agotado el helio líquido de su sistema de refrigeración, poniendo fin a más de tres años de observaciones del Universo más frío. La noticia no llegó por sorpresa: la misión comenzó con más de 2.300 litros de helio líquido, que se han evaporado lentamente desde el mismo momento en que se terminó de llenar el depósito del satélite el día antes de su lanzamiento, el 14 de mayo de 2009.

La evaporación del helio líquido era fundamental para mantener los instrumentos del observatorio a una temperatura cercana al cero absoluto, lo que permitió a Herschel observar la cara más fría del Universo con una sensibilidad sin precedentes.

Esta tarde, al comienzo de la sesión diaria de comunicaciones del satélite con su estación de seguimiento en Australia Occidental, se detectó un ligero aumento en la temperatura de todos los instrumentos de Herschel, lo que confirma que el helio se ha agotado.

“Herschel ha superado todas las expectativas, proporcionándonos un valiosísimo archivo de datos que mantendrá ocupados a los astrónomos durante muchos años”, explica Álvaro Giménez, Director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.

Herschel ha realizado más de 35.000 observaciones científicas, acumulando más de 25.000 horas de datos para unos 600 programas de observación diferentes. La misión también dedicó unas 2.000 horas de observación a la calibración del archivo de datos, que se mantiene en el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA en España, cerca de Madrid.

Este archivo será el legado de la misión. Se espera que dé lugar a más descubrimientos que los realizados durante la vida útil del satélite.

«El impresionante archivo científico de Herschel no hubiera sido posible sin el excelente trabajo de la industria, la academia y las instituciones europeas en el desarrollo, la construcción y las operaciones del satélite y de sus instrumentos», añade Thomas Passvogel, Responsable del Programa Herschel para la ESA.

«Herschel nos ha ofrecido una nueva forma de ver el Universo oculto hasta ahora, desvelando facetas desconocidas del proceso de formación de las estrellas y de las galaxias, y siguiendo la pista del agua en el Universo, desde las nubes moleculares a la estrellas recién nacidas y sus discos protoplanetarios o los cinturones de cometas», explica Göran Pilbratt, Científico del Proyecto Herschel para la ESA.

El nacimiento de las estrellas

Herschel nos ha dejado impresionantes imágenes que muestran intrincadas redes de filamentos de polvo y gas en el seno de nuestra Galaxia, que constituyen una historia ilustrada del proceso de formación de las estrellas. Estas observaciones únicas en la banda del infrarrojo lejano han permitido a los astrónomos comprender mejor cómo la turbulencia agita el gas del medio interestelar para formar una red de filamentos dentro de las frías nubes moleculares.

Cuando las condiciones son las adecuadas, la gravedad toma el relevo y fragmenta estos filamentos en una serie de núcleos compactos. Enterradas en lo más profundo de estos núcleos se encuentran las protoestrellas, las semillas de futuras estrellas que han calentado poco a poco el polvo que las rodea hasta unos pocos grados por encima del cero absoluto, desvelando su ubicación ante los ojos de Herschel, sensibles al calor.

Texto: Agencia Espacial Europea

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