Esta semana se llevará a cabo la campaña de ensayos más exigente de un vehículo de exploración de la Agencia Espacial Europea (ESA). El robot llevará a cabo su misión en un desierto análogo a Marte en América del Sur, controlado desde el Reino Unido. La experiencia servirá para preparar futuras misiones al Planeta Rojo.
El vehículo se probará en el desolado desierto de Atacama, al norte de Chile, uno de los parajes terrestres más parecidos a Marte. El Atacama es uno de los lugares más áridos de nuestro planeta, carece de vegetación y sus rocas y tierra tienen un tono rojizo que hacen que se parezca incluso más al Planeta Rojo.
El objetivo de esta campaña es adquirir experiencia en la operación de un vehículo en otro planeta, tarea completamente diferente a las operaciones rutinarias de un satélite.
Para aumentar la tensión, los supervisores del vehículo – ubicados en la Catapulta de Aplicaciones Espaciales de Harwell, Reino Unido, cerca del Centro Europeo de Telecomunicaciones y Aplicaciones Espaciales de la ESA – tendrán que simular dos días marcianos, o ‘soles’, por cada uno de los cinco días que durará el ensayo.
Desarrollar nuevas tecnologías
Cada sol descargarán los datos del vehículo y prepararán un conjunto de comandos que el robot tendrá que seguir de forma autónoma al siguiente sol. Este proyecto pretende desarrollar nuevas tecnologías y adquirir experiencia para futuras misiones a Marte en general, pero para añadir realismo se ha tomado como referencia la misión ExoMars 2018 de la ESA.
Se utilizará uno de los primeros prototipos de este vehículo de seis ruedas, equipado con tres instrumentos científicos: una cámara panorámica tridimensional, un radar para analizar la geología del subsuelo, y una cámara macro que permite estudiar las muestras del subsuelo con una resolución de una milésima de milímetro.
Con la ayuda de estos tres instrumentos, se seleccionará un emplazamiento en el que haya afloramientos de roca y gravilla suelta. Un operario utilizará un taladro manual para tomar muestras del subsuelo, que serán analizadas a bordo del vehículo. Esta intervención humana se ocultará a los controladores de la misión.
«Durante esta campaña optimizaremos el uso de los equipos e instrumentos que se pueden encontrar en un vehículo marciano típico, y prepararemos los comandos que tendrá que ejecutar al día siguiente», explica Michel van Winnendael, supervisor del proyecto SAFER (Experimento de Campo para la Toma de Muestras) para la ESA.
«Al contrario que los satélites, los vehículos de exploración tienen que lidiar con la topografía y las propiedades físicas de la superficie del planeta. Esto implica que la cantidad de datos que enviará el vehículo durante las cortas ventanas de comunicaciones estará limitada, a lo que hay que añadir el retraso debido a la enorme distancia».
Jorge Vago, científico del proyecto ExoMars, añade: «Con SAFER intentaremos por primera vez integrar los datos de los distintos instrumentos para practicar cómo pasar de las operaciones en superficie a las operaciones en el subsuelo».
«Este es un paso muy importante, ya que las operaciones de perforación serán cruciales para la misión ExoMars. En Marte, la única oportunidad de encontrar biofirmas moleculares bien conservadas es explorando el subsuelo, a profundidades de más de un metro, ya que la superficie las ha protegido de la radiación cósmica».
El 6 de octubre se decidió la ubicación concreta para llevar a cabo estos ensayos, a partir de la información recogida por varios miembros del equipo durante varias excursiones de reconocimiento. Un vehículo aéreo no tripulado tomará imágenes desde el aire para simular los datos que proporcionaría un satélite en órbita a Marte.
«Como en toda simulación, tenemos que contar con un nivel inevitable de incertidumbre en la secuencia de eventos», añade Michel. «La naturaleza nos puede sorprender con situaciones no previstas durante el diseño de la misión. Esto es precisamente por lo que es importante hacer este tipo de ensayos en un entorno tan parecido a Marte como sea posible».
El equipo industrial responsable de estas pruebas está dirigido por RAL Space, del Laboratorio Rutherford Appleton, parte del Consejo de Instalaciones Científicas y Tecnológicas del Reino Unido, con subcontratas a Astrium, la Universidad de Aberystwyth, Joanneum Research en Austria, el Instituto de Exploración Espacial de Suiza y SCISYS, y con ayuda del Laboratorio Mullard de Ciencias Espaciales del University College de Londres, la Universidad de Leicester y el Laboratorio LATMOS del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia.
El equipo de SAFER se alojará en Chile junto al VLT, en el Cerro Paranal, como invitados del Observatorio Europeo Austral.