El primer módulo lunar de la Agencia Europea del Espacio entra en una nueva fase

El pasado jueves 16 de Septiembre, la ESA y EADS-Astrium firmaron en Berlín el contrato para comenzar los estudios de detalle, con el que la misión entra oficialmente en una nueva fase. El objetivo de la misión es aterrizar de forma autónoma y precisa cerca del polo sur de la Luna, una región llena de peligrosas rocas y afiladas crestas.

Esta misión precursora propuesta por la Agencia Espacial Europea (ESA) analizará los aspectos desconocidos de la orografía lunar y probará la tecnología clave que permitirá realizar vuelos tripulados a nuestro satélite en un futuro próximo.

El objetivo de la misión es aterrizar en 2018 en la montañosa región del polo sur de la Luna, plagada de grandes cráteres. Esta región es una de las candidatas para acoger futuras misiones tripuladas, ya que está bañada por la luz solar de forma prácticamente continua, lo que garantiza el suministro eléctrico, y se sospecha que podría albergar recursos cruciales para la vida, tales como agua.

 

Para lograr posarse sobre la superficie de la Luna, el módulo de aterrizaje debe navegar con gran precisión hasta la cumbre de una montaña o hasta el borde de un cráter, evitando rocas y laderas, hasta aterrizar con suavidad ante una de las vistas más espectaculares del Sistema Solar.

La Luna es un objetivo preferente para la exploración tripulada, tal y como contempla la ‘Estrategia Global de Exploración’ redactada por 14 agencias espaciales de todo el mundo. Esta estrategia anima a la exploración espacial internacional y propone realizar nuevos estudios sobre la Luna y Marte – lugares donde algún día podrían vivir y trabajar seres humanos.

 

Comienza el desafío
El contrato fue firmado por Simonetta Di Pippo, Directora de Vuelos Tripulados de la ESA, y Michael Menking en representación de EADS-Astrium, ante la presencia de Peter Hintze, Secretario de Estado Parlamentario adjunto al Ministro de Economía y Tecnología de Alemania. «Es un placer ver cómo avanza Europa en el campo de la exploración espacial, desarrollando las tecnologías clave que permitirán los futuros vuelos tripulados», afirmó Di Pippo.

«Nos estamos preparando para acompañar a los Estados Unidos, a Rusia y a Japón en la decisión de utilizar la Estación Espacial Internacional (ISS) durante un mínimo de 10 años más», «estamos trabajando para posicionar a Europa al nivel de competencias y capacidades necesario para afrontar el reto de la exploración espacial internacional. Tras el éxito de nuestra fuerte presencia en órbita terrestre, la Luna es el próximo objetivo natural en la ruta hacia destinos más lejanos».

Por su parte,  Menking, Vicepresidente de Sistemas Orbitales y de Exploración Espacial de Astrium, dijo que «Europa está presente de forma activa en estos proyectos internacionales, tales como la ISS, que contribuyen a afianzar nuestro papel como un continente moderno, dinámico e innovador. La capacidad tecnológica demostrada con la misión del Vehículo Automatizado de Transferencia (ATV) es una buena muestra de las competencias y experiencia de Astrium en maniobras de acoplamiento en órbita. Este nuevo estudio estará basado en la tecnología utilizada en el ATV, clave para desarrollar una misión capaz de aterrizar en la Luna; no sería posible pensar en posar un vehículo automatizado en la Luna sin la experiencia adquirida en esta misión».

Del diseño conceptual a una realidad tangible
El comienzo de este estudio de ‘Fase-B1’ es un hito muy importante en el desarrollo de la misión, ya que a partir de ahora, una vez completados los estudios de viabilidad y de planificación preliminar, se continuará con el diseño de la misión bajo el liderazgo de EADS-Astrium Bremen, y se desarrollarán y probarán por primera vez varias de sus tecnologías clave.

En primer lugar, se analizarán con detalle los últimos datos topográficos del polo sur de la Luna para identificar posibles lugares para el aterrizaje. Esta región todavía se conoce poco, y no es hasta ahora que se están recibiendo los primeros datos necesarios para considerar la posibilidad de aterrizar y operar una misión en la región.

A continuación, comenzará el diseño detallado del módulo de aterrizaje, hasta el nivel de subsistemas, tales como la propulsión o la navegación. El contrato culminará con una ‘Revisión de los Requisitos Preliminares del Sistema’ en 2012, que sentará las bases para el diseño final de la misión y del módulo de aterrizaje.

Edición: JFG – Fotos: ESA

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