La sonda cazacometas Rosetta, desarrollada y fabricada por Airbus Defence and Space para la Agencia Espacial Europea (ESA), ha llegado a su destino, después de volar más de 10 años y recorrer más de 6.000 millones de kilómetros. Ahora está preparada para girar en una órbita alrededor del cometa 67P/Churyumov-Guerasimenko.
La misión asignada a Rosetta y al aterrizador Philae –lo lleva literalmente “a cuestas”- es estudiar la materia básica existente desde el inicio del sistema solar hace 4,6 millones de años, durante el próximo año y medio.
A las 11.30 horas (CET), el centro de control de satélites de ESA en Darmstadt (Alemania), ha recibido una señal de radio que confirma que la sonda espacial ha comenzado su aproximación. La cita espacial entre Rosetta y el cometa 67P ha tenido lugar a unos 400 millones de kilómetros de distancia de la Tierra.
Rosetta, ahora acompañará al cometa en su viaje alrededor del Sol y volverá de nuevo a las profundidades de nuestro sistema solar. El módulo de aterrizaje Philae está programado para aterrizar en la superficie del cometa en noviembre, con el fin de llevar a cabo mediciones.
Desde su lanzamiento el 2 marzo de 2004 en el puerto espacial de Kourou en la Guyana Francesa, la sonda Rosetta ha sobrevolado tres veces la Tierra y una vez Marte para ganar impulso, así como los asteroides Steins (2008) y Lutetia (2010). Antes de iniciar la etapa más larga del viaje fuera de la órbita de Júpiter, la sonda entró en un período de hibernación que duraría 31 meses.
El pasado 20 de enero Rosetta “despertó” para emprender la última etapa de su excepcional vuelo hasta el cometa 67P/Churyumov-Guerasimenko.
Viaje al inicio del Sistema Solar
La misión Rosetta es para los científicos planetarios algo así como un viaje a los inicios del Sistema Solar. A diferencia de los planetas, donde la tectónica y la erosión han modificado continuamente la roca, el material dentro de los cometas no ha cambiado desde su formación hace unos 4.600 millones de años. Estos cuerpos celestes son en cierta forma archivos congelados que los científicos ahora pretenden descifrar.
Airbus Defence and Space es el socio clave de la Agencia Espacial Europea en el ámbito de la investigación planetaria. En este sentido cabe destacar que la empresa no solo tuvo el liderazgo industrial durante la misión espacial Giotto –que en 1986 se aproximó al cometa Halley y en 1992 sobrevoló el cometa Grigg-Skjellerupe–.
También, Airbus Defence and Space fue responsable de las sondas Mars Express y Venus Express, activas desde 2003 y 2005, respectivamente. La sonda Huygens, integrada por Airbus Defence and Space, navegó en 2004 por la atmósfera de Titán, satélite de Saturno.
Mientras que en Rosetta el hardware de Airbus Defence and Space tiene que soportar un frío extremo de -270 grados Celsius y lidiar con la “oscuridad” que suponen solo un 4% de luz solar (a 800 millones de kilómetros del Sol en el punto más remoto de la misión), los ingenieros están preparando actualmente con BepiColombo una misión de características inversas.
A partir de 2016, esta misión conducirá a Mercurio, el planeta más próximo al sol en nuestro sistema solar. A la sonda esperan allí temperaturas superiores a los 350 grados Celsius y una radiación solar 10 veces más intensa que en la Tierra, lo que supone un reto totalmente nuevo para técnicos y científicos. Airbus Defence and Space también desempeñará un papel clave en las futuras misiones ExoMars (2016 y 2018), por ejemplo, a través del desarrollo del robot explorador (Rover) de ESA en la misión de 2018.
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