Los satélites quinto y sexto de Galileo llevan en modo seguro desde el 28 de agosto, controlados desde el centro de la ESA en Darmstadt, Alemania, a pasar de haber sido colocados tras su lanzamiento el 22 de agosto en órbitas distintas de las esperadas, más bajas y elípticas en lugar de circulares.
Según informa la Agencia Espacial Europea (ESA), pese a encontrarse en órbitas de inyección distintas de las planeadas se está investigando cómo explotar al máximo los satélites, dentro de su limitada capacidad de propulsión.
Los distintos especialistas de la ESA, apoyados por la industria y por la agencia espacial francesa, CNES, están analizando los escenarios que permiten obtener el máximo valor del programa, y mantener tanto como sea posible los objetivos originales de la misión.
Los análisis y las consultas a la industria prosiguen. Se estudia una potencial ‘órbita mejorada’ en la que ambos satélites podrían proporcionar servicios operacionales.