El cohete Antares de la empresa estadounidense Orbital Sciences Corporation se estrelló la pasada noche cuando apenas hacía pocos segundos que había comenzado a elevarse. El cohete llevaba la cápsula Cygnus con 2.290 kilogramos de carga útil para la Estación Espacial Internacional (ISS). Llevaba material científico y 700 kilos de provisiones.
El lanzamiento se efectuó a las 6:22 horas GMT desde el centro espacial de Wallops, situado en la costa de Virginia (EEUU). Pero después de unos pocos segundos de ascensión se produjo una explosión, se detuvo la ascensión del cohete y empezó a caer ligeramente inclinado. El impacto provocó una enorme explosión y el incendio del combustible del cohete. A pesar de la aparatosidad, no se registraron heridos.
El desastre se valora en 200 millones de dólares (157 millones de euros).
El frustrado lanzamiento es el tercero que realizaba Orbital Sciences para la NASA, pues había firmado un contrato para realizar 10 lanzamientos para misiones reabastecimiento a la ISS, valorados en 1.900 millones de dólares. Y es el primer lanzamiento fallido de una empresa privada contratada por la NASA desde que aparcó en el verano de 2011 en tierra las lanzaderas espaciales.
En un comunicado, la empresa explica que se produjo un «fallo catastrófico» al empezar el lanzamiento y que se está en fase recopilar datos para esclarer lo ocurrido. En la nota de prensa se indica que «Orbital ha creado un consejo de investigación de anomalías, que trabajará en estrecha coordinación con todos los organismos gubernamentales pertinentes, para determinar la causa del percance de hoy» También se informa que la caída del cohete produjo daños materiales en una parte de las instalaciones de lanzamiento..
La NASA tambièn tiene suscrito un contrato con la empresa SpaceX para realizar 12 ,misiones a la ISS.
En septiembre pasado, la NASA seleccionó a SpaceX y a Boeing para construir las dos primeras naves espaciales privadas de transporte de personas hacia la ISS. El contrato asciende a 6.800 millones de dólares. Boeing percibió 4.200 millones para desarrollar su nave, el CST-100, y SpaceX 2.600 millones por su cápsula Dragon V2.
Los primeros vuelos de estas naves de siete plazas están previstos para 2017, y permitirán a Estados Unidos dejar de depender de los Soyuz rusos para transportar a sus astronautas hacia la ISS.
