El módulo de aterrizaje de Rosetta, Philae, ha completado su misión científica principal tras casi 57 horas operando en la superficie del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko.
Tras un periodo de incomunicación con Rosetta, Philae restableció contacto hasta las 00:36 GMT / 01:36 CET del sábado 15 de noviembre. La sonda mandó todos los datos de mantenimiento y científicos de los instrumentos (incluyendo ROLIS, COSAC, Ptolemy, SD2 y CONSERT). Se completan así todas las mediciones previstas para este último bloque de experimentos sobre la superficie.
Además, Philae fue elevada unos 4 cm y girada unos 35º en un intento de que recibiera más iluminación solar. Pero después de que los últimos datos científicos fueran enviados a Tierra, las baterías de Philae se consumieron.
«Ha sido un enorme éxito, estamos todos encantados», dijo Stephan Ulamec, jefe de misión de Philae en el Centro Aeroespacial Alemán DLR, que esta semana ha seguido los avances de Philae desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), en Darmstadt, Alemania. «A pesar de los inesperados rebotes, y los consiguientes tres aterrizajes, todos nuestros instrumentos funcionaron; ahora hay que ver qué tenemos».
Philae acabó situada en la sombra de una ladera el miércoles 12 de noviembre a las 17:32 GMT (hora del cometa, con un retraso de 28 minutos en la comunicación con la Tierra, via Rosetta). La búsqueda del lugar de aterrizaje final de Philae aún prosigue, con imágenes de alta resolución desde Rosetta. Philae, por su parte, ha enviado imágenes espectaculares de sus alrededores.
Las imágenes obtenidas durante el descenso revelan que la superficie del cometa está cubierta de polvo y restos de tamaños que van del milímetro a metros; las imágenes panorámicas muestran, en cambio, capas de un material más duro. Los científicos estudian ahora si en las muestras obtenidas por el perforador de Philae hay parte de este material.
«Aún existe la posibilidad de que en una etapa posterior de la misión, quizás cuando estemos más cerca del Sol y haya más luz, podamos despertar de nuevo la sonda y reestablecer la comunicación», añadió Stephan.
De ahora en adelante no será posible ningún contacto, a menos que llegue a los paneles solares luz suficiente como para despertar a Philae. Las posibilidades de que esto ocurra más adelante en la misión han aumentado después de que los controladores enviaran comandos para girar la sonda de forma que los paneles solares queden más expuestos a la luz solar.
Rosetta mientras tanto se ha alejado hasta situarse en una órbita a 30 Km de la superficie, y el próximo 6 de agosto volverá a situarse a 20 km para acompañar al cometa en su viaje hacia el sol. El máximo acercamiento de ambos -cometa y Rosetta- a nuestra estrella se producirá el 13 de agosto de 2015.
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