El cohete espacial SpaceX Falcon 9 explotó ayer cuando apenas hacía tres minutos que había despegado desde Cabo Cañaveral, en Florida. La nave transportaba más de dos toneladas de material para abastecer la Estación Espacial Internacional.
«Trabajaremos con SpaceX para entender lo que ha ocurrido, solucionar el problema y volver a volar», asegura un comunicado de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA). La agencia no ha detallado aún las causas del accidente, aunque sí se ha referido en su cuenta de Twitter a una «anomalía» en el ascenso del cohete, que dejó de comunicar con la sede a los dos minutos y 19 segundos de despegar.
Según el comunicado, la agencia se muestra «decepcionada por la pérdida de la misión» pero asegura que los astronautas de la EEI cuenta con suficientes suministros para los próximos meses. La NASA sí explicó que el programa comercial al que pertenece SpaceX fue diseñado para responder a la pérdida de nuestros vehículos de carga y que el objetivo es continuar las operaciones en la EEI de manera segura y como base de pruebas «para misiones de larga duración en el sistema solar».
Space X es una primera compañía privada estadounidense que trabaja con el gobierno norteamericano para realizar este tipo de operaciones y tiene previsto lanzar una misión tripulada en 2017. Se trata del tercer accidente de estas características que ocurre en un año. En octubre explotó una nave de Orbital ATK en Virginia y en abril el cohete Russian Progress perdió el control antes de llegar a la EEI.