Ayer se lanzó al espacio el segundo satélite Sentinel-1, el Sentinel-1B, destinado a ofrecer más «visión radar» al programa medioambiental europeo Copérnico. Sentinel-1B despegó en un lanzador Soyuz desde el puerto espacial europeo en Korou, Guayana Francesa, a las 21:02 GMT (23:02 CEST).
Ambos satélites pertenecen a la Agencia Espacial Europea (ESA). El Sentinel-1B se une a su gemelo idéntico, Sentinel-1A, ya en órbita, con el objetivo de proporcionar información para diversos servicios que van desde la supervisión del hielo de los mares polares al seguimiento de la subsidencia del terreno, así como para dar respuesta a desastres como las inundaciones.
«El lanzamiento de Sentinel-1B marca un nuevo hito importante como la primera constelación creada para el programa Copérnico», declara el director general de la ESA Jan Woerner. Explicó que «al orbitar a 180º, los dos satélites optimizan la cobertura y entrega de datos para los servicios que están dando un giro radical a la manera de gestionar nuestro entorno».
Ambos satélites portan un radar avanzado que capta imágenes de la superficie de la Tierra a través de las nubes y la lluvia, tanto en el día como durante la noche.
Durante el lanzamiento, se plegaron la antena radar del satélite de 12 metros y los paneles solares de 10 m. para caber en el carenado de protección del lanzador Soyuz. Los paneles solares y el radar se abren simultáneamente en una cuidadosa secuencia que tardará alrededor de 10 horas en completarse.
Ahora que Sentinel-1B se ha puesto en órbita, el equipo de controladores del centro de operaciones de la ESA en Alemania se encargará de garantizar que todo funciona correctamente y preparará el satélite para las operaciones.
«Hemos visto algunos resultados maravillosos de Sentinel-1A», comentaba Volker Liebig, director de los programas de observación de la ESA. Por ejemplo, hace tan solo dos semanas inmortalizó cómo unos grandes icebergs se desprendían de la barrera de hielo Nansen de la Antártida.
«Ahora se aproxima el invierno a la Antártida y las horas de luz se reducen, por lo que las imágenes por radar son esenciales para detectar qué cambios tienen lugar».
«Con Sentinel-1B en órbita recibiremos el doble de datos y alcanzaremos una cobertura global en seis días. Se trata del cuarto satélite que lanzamos con el programa Copérnico en solo dos años y este lanzamiento es especial, ya que completa la constelación Sentinel-1».
Tres CubeSats
Asimismo, el lanzamiento de Sentinel-1B pudo ofrecer a otros satélites pequeños un viaje al espacio, una oportunidad que aprovecharon en el lanzamiento de hoy tres CubeSats. Estos pequeños satélites, de 10×10×10 cm cada uno, han sido desarrollados por equipos de estudiantes universitarios a través del programa «Fly your satellite» de la Oficina de gestión de educación y conocimiento de la ESA en colaboración con universidades europeas.
Los tres CubeSats son: OUFTI-1 de la Universidad de Lieja, Bélgica, e-st@r-II de la Politécnica de Turín, Italia, y AAUSat-4 de la Universidad de Aalborg, Dinamarca.
«Lo más importante es que el programa está contribuyendo en la formación de la nueva generación de científicos e ingenieros al compartir con ellos el conocimiento especializado de la ESA en materia de diseño, construcción, pruebas, lanzamiento y funcionamiento de satélites», señala Piero Galeone, jefe de la unidad de educación terciaria de la ESA.
«Con ello ayudamos a dar forma a los profesionales del espacio del futuro, al permitir que los estudiantes experimenten el ciclo de vida completo de un proyecto espacial real conforme a los estándares de la ESA».
Por último, hoy también subió a bordo del lanzador Soyuz, el satélite Microscope de la agencia espacial francesa, CNES.
Texto: www.esa.int