La Agencia Espacial Europea (ESA) ha adjudicado contratos a Indra para la implantación del sistema S3T de seguimiento y vigilancia de objetos en órbitas terrestres bajas por un importe global aproximado de 17 millones de euros.
Indra se convierte así en el contratista principal de este programa español cuya gestión técnica ha sido delegada a la ESA, en virtud de un Convenio suscrito entre la ESA, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).
El sistema convertirá a España en uno de los pocos países en el mundo en disponer de esta capacidad y contribuirá a dotar a Europa de autonomía para garantizar la seguridad de satélites y misiones espaciales.
Dentro del programa, Indra se responsabiliza del desarrollo y suministro del radar de vigilancia y de coordinar la implantación e integración del centro de operaciones así como de los sensores radáricos y electro-ópticos que recogen información complementaria.
El radar de vigilancia de Indra cubrirá órbitas entre los 200 y 2.000 kilómetros de altura sobre la superficie de la Tierra, cota a la que se encuentra la mayor parte de los residuos y de los satélites a proteger.
Este avanzado radar tiene un carácter estratégico para Indra. Se trata de un sistema de vanguardia tecnológica del que solo disponen unos pocos países en el mundo. Su desarrollo supone un importante reto tecnológico debido a su gran tamaño y al alto número de objetos que detectará de forma simultánea.
Su diseño escalable permitirá convertirlo en el radar más potente jamás diseñado en Europa en sucesivas fases de inversión española y europea.
Servicio de alerta de colisión
El nuevo sistema S3T proporcionará a España un catálogo de objetos que orbitan la Tierra que permitirá ofrecer un servicio de alerta de colisión de estos objetos con satélites e infraestructuras espaciales como la Estación Espacial Internacional; un servicio de aviso de reentrada de objetos en la Tierra, proporcionando información acerca del momento y lugar del impacto; y un servicio de fragmentación, que detectará la presencia de nuevos cúmulos de materiales e identificará de qué objeto proceden.
Con la entrada en operación del sistema, España será uno de los pocos países que podrá prestar este tipo de servicios a la Comisión Europea, que se apoyará en las infraestructuras de los estados miembros para monitorizar y seguir la trayectoria de estos objetos en el espacio. Por su importancia, este servicio se suma a otras iniciativas clave impulsadas por este organismo, como Copernicus o Galileo.
En este momento, las misiones y lanzamiento de satélites al espacio dependen para su operación de la consulta previa de las bases de datos proporcionadas por el sistema estadounidense de monitorización espacial, el único en el mundo en proporcionar este servicio.
Se estima que más de 70.000 objetos orbitan de forma incontrolada alrededor de la Tierra, lo que supone un importante riesgo para infraestructuras de las que dependen los sistemas de comunicaciones actuales o los sistemas de posicionamiento, entre otros servicios, así como la seguridad en la Estación Espacial Internacional.