La Universidad Autónoma de Barcelona alberga un prototipo de sistema de soporte vital autosostenible, cuyo objetivo es permitir la supervivencia humana en el espacio de forma indefinida.
Se trata de la planta piloto de MELiSSA, el Sistema Alternativo de Soporte Microecológico para la Vida de la ESA, un miniecosistema aislado en una urna de cristal.
En la actualidad, las tripulaciones de la Estación Espacial Internacional deben reaprovisionarse desde la Tierra, pero en el momento en que los exploradores se vayan alejando en el espacio, este tipo de abastecimiento dejará de ser viable.
El programa, que cuenta con la colaboración de 11 países, pretende perfeccionar un sistema de soporte de vida regenerativo que pueda suministrar a los astronautas el oxígeno, el agua y el alimento que necesiten.
La planta piloto presenta un circuito con varios compartimentos, un biorreactor alimentado por luz y un cultivo de algas productoras de oxígeno que mantienen vivas y confortables a ‘tripulaciones’ de tres ratas durante meses. Y mientras las algas producen oxígeno y consumen dióxido de carbono, las ratas hacen exactamente lo contrario.
En estos momentos se está llevando a cabo un experimento basado en MELiSSA en la Estación Espacial Internacional. En mayo, una serie de expertos se reunirán para hablar sobre MELiSSA y los sistemas de soporte vital de circuito cerrado, así como de cuestiones como el reciclaje de aire, agua y residuos, y la producción de alimentos.