BepiColombo inicia su viaje hacia Mercurio, al que llegará a finales de 2025

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La misión a Mercurio de la ESA-JAXA, BepiColombo, despegó a bordo de un cohete Ariane 5 desde el Puerto Espacial Europeo de Kurú a las 01:45:28 GMT del 20 de octubre, dando comienzo a un emocionante viaje para investigar los misterios del planeta más interior del Sistema Solar.

Las señales procedentes de la nave, recibidas en el centro de control de la ESA en Darmstadt (Alemania) a través de la estación de seguimiento terrestre de Nueva Norcia a las 02:21 GMT, confirmaron el éxito del lanzamiento. 

BepiColombo es fruto del esfuerzo conjunto de la ESA y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA). Se trata de la primera misión europea a Mercurio, el planeta más pequeño y menos explorado del Sistema Solar interior, y la primera en enviar dos orbitadores que efectuarán mediciones simultáneas y complementarias del planeta y su entorno dinámico. 

 “El lanzamiento de BepiColombo constituye un hito fundamental para la ESA y la JAXA, e inaugura una nueva era de grandes éxitos”, afirma Jan Wörner, director general de la ESA. 

“Además de hacer un viaje complejo, la misión aportará una enorme cantidad de material científico. Gracias a la colaboración internacional y a décadas de esfuerzo y conocimiento aplicados al diseño y a la construcción de esta increíble máquina, ya estamos en camino para investigar los misterios de Mercurio”.

Hiroshi Yamakawa, presidente de la JAXA, también se muestra satisfecho: “Enhorabuena por el lanzamiento exitoso del Ariane 5 que transporta BepiColombo, la misión de exploración de Mercurio de la ESA y la JAXA”. 

“Quiero dar las gracias por el excelente logro que han supuesto las operaciones de lanzamiento. La JAXA tiene gran confianza en que la observación detallada de la superficie y el interior de Mercurio nos ayudará a entender mejor el entorno del planeta y, en consecuencia, el origen del Sistema Solar, incluida la Tierra”. 

BepiColombo comprende dos orbitadores científicos: el Orbitador Planetario a Mercurio (MPO), de la ESA, y el Orbitador Magnetosférico de Mercurio (MMO, o “Mio”), de la JAXA. El Módulo de Transferencia a Mercurio (MTM), construido por la ESA, los transportará hasta Mercurio mediante una combinación de propulsión solar-eléctrica y maniobras de asistencia gravitatoria. Así, la misión sobrevolará una vez la Tierra, dos veces Venus y seis veces Mercurio, antes de entrar en órbita alrededor de este último a finales de 2025. 

“Nos queda un camino largo y apasionante antes de que BepiColombo comience a recopilar datos para la comunidad científica”, señala Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA.
“Misiones anteriores, como Rosetta y sus descubrimientos pioneros incluso una vez finalizada, nos demuestran que las misiones de exploración científica más complejas bien merecen la espera”.

Los dos orbitadores científicos serán capaces de operar algunos de sus instrumentos durante la fase de crucero, lo que brindará oportunidades únicas para recopilar datos de valor científico en Venus. Además, algunos de los instrumentos diseñados para estudiar Mercurio de una determinada forma pueden utilizarse de una forma completamente distinta en Venus, que presenta una atmósfera densa en comparación con la superficie expuesta de Mercurio. 

“BepiColombo es una de las misiones interplanetarias más complejas que hemos llegado a lanzar”, reconoce Andrea Accomazzo, director de vuelos de BepiColombo de la ESA. 

“Una de las mayores dificultades se debe a la enorme gravedad del Sol, que dificulta la colocación de una nave en una órbita estable alrededor de Mercurio. Tenemos que frenar continuamente para garantizar el descenso controlado hacia el Sol, mientras los propulsores iónicos proporcionan el bajo empuje necesario durante la larga fase de crucero”.

Otro desafío lo constituye la temperatura extrema que soportará la nave, de -180 ºC a más de 450 ºC: un entorno más caliente que el interior de un horno. Muchos de los mecanismos de la nave y los revestimientos externos aún no se han probado en tales condiciones. 

El diseño general de los tres módulos también da cuenta de las condiciones a las que habrán de enfrentarse. Los grandes paneles solares del módulo de transferencia deberán inclinarse en el ángulo adecuado para evitar daños por la radiación, pero sin dejar de suministrar energía suficiente a la nave. El MPO cuenta con un radiador que disipará el calor de sus subsistemas; además, reflejará la radiación mientras sobrevuela Mercurio a una altitud más baja que nunca. Mio, con su forma octogonal, girará a una velocidad de 15 revoluciones por minuto para distribuir uniformemente el calor del Sol por sus paneles y evitar el sobrecalentamiento. 

“Ver nuestra nave despegar rumbo al espacio es el momento que todos estábamos esperando —comenta Ulrich Reininghaus, responsable del proyecto BepiColombo de la ESA—. A lo largo de estos años hemos superado numerosos obstáculos, y los equipos están encantados de tener a BepiColombo en camino al enigmático Mercurio”. 

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Unos meses antes de llegar a su destino, el módulo de transferencia se desprenderá y dejará que los dos orbitadores científicos, aún interconectados, sean capturados por la gravedad de Mercurio.

Su altitud se ajustará gracias a los propulsores del MPO hasta que el MMO alcance la órbita polar elíptica deseada. A continuación, el MPO se separará y descenderá hasta su propia órbita utilizando sus propulsores. 

Juntos, los dos orbitadores efectuarán mediciones que desvelarán la estructura interna del planeta, la naturaleza de su superficie y la evolución de sus formaciones geológicas, incluido el hielo en los cráteres en sombra del planeta, así como la interacción entre el planeta y el viento solar.  

“Un aspecto único de esta misión es que contaremos con dos naves monitorizando el planeta desde dos localizaciones distintas al mismo tiempo: esto realmente será clave para entender procesos asociados al impacto del viento solar en la superficie de Mercurio y su entorno magnético”, añade Johannes Benkhoff, científico del proyecto BepiColombo de la ESA. 

“BepiColombo partirá de los descubrimientos y las cuestiones planteadas por la misión Messenger de la NASA para comprender mejor la evolución de Mercurio y del Sistema Solar hasta ahora, lo que a su vez resulta esencial para entender cómo se forman y evolucionan los planetas que orbitan cerca de sus estrellas en sistemas exoplanetarios”.

Texto: Agencia Espacial Europea

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