- La madrugada del 1 de marzo de 2002, Envisat, el mayor satélite de observación de la Tierra de la historia despegaba desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, Guayana Francesa.
- Durante esta década, hace ahora 10 años, Envisat no ha dejado de velar por nuestro planeta. Este satélite de ocho toneladas lleva operativo el doble del tiempo inicialmente previsto para su misión, de 5 años, completando más de 50.000 órbitas entorno a la Tierra.
- Gracias a sus 10 instrumentos ópticos y radar, Envisat observa y monitoriza de forma continua la superficie de la tierra, la atmósfera, los océanos y los campos de hielo. Durante esta década, se han publicado más de 2000 artículos científicos basados en sus resultados.
El mayor instrumento de Envisat es el Radar Avanzado de Apertura Sintética, ASAR, que opera día y noche gracias a su capacidad de observar la superficie del planeta a través de la cobertura de nubes o en la oscuridad. Este instrumento es particularmente útil para monitorizar la evolución de las regiones polares, que permanecen sumidas en la oscuridad durante meses y en las que el mal tiempo es algo habitual.
El verano pasado, ASAR detectó que la extensión del hielo marino que flota sobre el Ártico había alcanzado un mínimo histórico. El espectrómetro MERIS analiza el color de los océanos y la cobertura del terreno. Sus imágenes se utilizan para generar mapas de alta resolución de la cobertura del terreno a escala global, dentro del proyecto GlobCover. Estos mapas resultan de gran utilidad para evaluar los efectos del cambio climático, para ayudar en los esfuerzos de protección de la biodiversidad y para mejorar la gestión de los recursos naturales.
El conjunto formado por los instrumentos MIPAS, SCIAMACHY y GOMOS analiza las nubes de contaminantes que cubren las principales zonas industriales o los incendios forestales, y es capaz de monitorizar la evolución de los agujeros en la capa de ozono.
Estos tres instrumentos observan de forma simultánea la atmósfera, generando detallados perfiles horizontales y verticales de la distribución de una gran variedad de compuestos químicos. El radiómetro avanzado ATSR es capaz de medir la temperatura de la superficie de la tierra y de los océanos al medir la radiación térmica-infrarroja emitida por nuestro planeta. Entre los datos que genera, el Atlas Mundial de Incendios es uno de los más destacados.
Altímetro Radar
Entre los instrumentos de Envisat también se encuentra el Altímetro Radar, capaz de medir la topografía de la superficie terrestre con una precisión de unos pocos centímetros, lo que hace posible analizar la evolución temporal del nivel del mar.
Envisat no sólo proporciona datos de observación de la Tierra a la comunidad científica; hay un gran número de servicios operacionales basados en sus resultados, tales como los mapas de la evolución del hielo marino o de los vertidos de crudo. Para mantener esta sofisticada misión en marcha, hacen falta científicos e ingenieros altamente cualificados – Envisat debe su década de éxitos a más de diez años de trabajo en equipo.
Para hacer frente a una creciente demanda de información por parte de la comunidad científica, la misión incrementó gradualmente el flujo de datos durante sus primeros cinco años en órbita. Durante este tiempo, se ha optimizado la infraestructura de tierra para mejorar la calidad y acelerar la recepción de datos.
Resultados científicos
En el año 2004, se presentaron los primeros resultados científicos de la misión en el Simposio de Envisat celebrado en Salzburgo, Austria, en el que se dieron cita más de 1000 expertos. Este evento marcó la consolidación de Envisat como una de las herramientas más importantes para el estudio científico de nuestro planeta desde el espacio. Tres años más tarde, se presentó el primer análisis global de los gases de efecto invernadero en un nuevo simposio dedicado a Envisat. Este estudio demostró la variación estacional de la concentración de metano y la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera.
En 2010 se decidió cambiar la órbita de Envisat para permitir que continuase operando durante al menos tres años más. Esto permite garantizar la continuidad de los datos de observación de la Tierra hasta que la próxima generación de satélites – los Sentinels – esté plenamente operativa en el año 2013.
Las misiones Sentinel están siendo desarrolladas dentro del programa europeo para la Monitorización Mundial del Medioambiente y la Seguridad (GMES).
Texto y fotos: Agencia Europea del Espacio