Astrium, la empresa espacial líder en Europa, ha sido elegida por la Agencia Espacial Europea (ESA) como contratista principal de la misión Solar Orbiter, que llevará a cabo observaciones cercanas del Sol. Con este contrato por valor de 300 millones de euros firmado en Londres, Astrium incrementa su exhaustiva competencia en misiones científicas, entre las que se encuentran los ingenios solares SOHO y Ulysses. Solar Orbiter es la primera misión del programa Cosmic Vision de la ESA que comienza su fase de implementación y su lanzamiento está fijado para 2017. El tiempo de vida de la misión es de siete años.
Solar Orbiter estudiará en detalle el Sol y sus efectos en el sistema solar. El ingenio llevará consigo un conjunto de instrumentos complementarios que medirán las partículas, campos y ondas de plasma a través de las que se desplace y al mismo tiempo observará la superficie y atmósfera externa del Sol, la fotosfera y la corona.
En su punto más cercano al astro rey, Solar Orbiter estará más próximo al Sol que el propio Mercurio, a una distancia de 0,28 unidades astronómicas (42 millones de kilómetros), en una órbita que lo sacará del plano eclíptico. Desde allí podrá efectuar observaciones de larga duración de la misma zona de la superficie de esta estrella, y contará con visibilidad de sus regiones polares. Será el sobrevuelo más próximo al Sol que haya llevado nunca a cabo un ingenio espacial. Para situarse en esta complicada órbita, Solar Orbiter efectuará una serie de asistencias gravitatorias alrededor de la Tierra y Venus.
Entre los aspectos más difíciles de su diseño están albergar y gestionar un amplio conjunto de instrumentos de vanguardia y garantizar, así mismo, una estricta “limpieza” magnética y molecular que permita que las mediciones científicas de máxima sensibilidad se hagan de forma eficaz. En su punto más cercano al Sol, en el que la luz solar es trece veces más intensa que para los satélites que orbitan la Tierra, Solar Orbiter deberá sobrevivir a una intensa radiación térmica y proteger su conjunto de instrumentos al tiempo que posibilita que éstos observen el Sol. Para lograrlo, el diseño incorpora un escudo térmico y una nueva tecnología de paneles solares capaces de resistir elevadas temperaturas.
El Sol es vital para la vida en la Tierra, pero también es la causa de serios problemas para satélites y sistemas terrenos. Esta estrella libera estallidos de partículas de elevada energía (coronal mass ejections, “eyecciones de masa coronal”) que pueden perturbar los sistemas de distribución de potencia eléctrica, provocar fallos en ordenadores, dañar satélites y poner en peligro la vida de los astronautas. Solar Orbiter suministrará datos científicos para poder comprender mejor los mecanismos del Sol que causan estos violentos y nocivos estallidos.
Solar Orbiter aprovecha el legado de misiones de enorme éxito como SOHO y Ulysses, que han proporcionado notables conocimientos del funcionamiento de nuestro Sol. Al igual que aquellas misiones, se trata de una colaboración entre ESA y NASA: NASA suministrará un lanzador y los Estados Unidos aportarán un instrumento y un sensor.
SOHO fue desarrollado por Astrium para la Agencia Espacial Europea y se lanzó en diciembre de 1995. Desde su órbita a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra ha estado observando el Sol durante 17 años a través de 12 instrumentos distintos, revelando nueva información sobre el interior y superficie del Sol, el viento solar y su interacción con el medio interestelar. También ha supuesto una revolución en el pronóstico del “tiempo” espacial y puede avisar con tres días de antelación sobre eventos solares de importancia que puedan afectar a nuestro planeta.
Astrium fue asimismo el contratista principal de la misión Ulysses de ESA. Ulysses estuvo en funcionamiento durante dieciocho años y medio en una órbita que lo llevaba a gran altura sobre los polos del Sol. Entre los descubrimientos de importancia que hizo el ingenio están las mediciones del viento solar de las zonas polares del Sol, el hecho de que el flujo magnético del Sol sea uniforme en todas sus latitudes y la existencia de polvo interestelar en el sistema solar.